sábado, 29 de octubre de 2011

El voto rosa

De antemano ofrezco disculpas por las posibles imprecisiones históricas que tenga este relato, si alguien conoce más información al respecto y podemos armar la historia de la participación política de la comunidad LGBT, les agradezco que me la hagan llegar.



Las primeras experiencias de participación política del sector de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas – LGBT fueron en el año 1997 con tres candidatos al Concejo en las ciudades de Barranquilla, Medellín y Bogotá, de los cuales se retiraron los de Barranquilla y Bogotá (este último por no ser gay). Curiosamente, el candidato de Medellín recibió el aval del Partido Conservador y de las autoridades indígenas, pero no logró la curul. 

Posteriormente hubo dos nuevos intentos en el año 2002 con un candidato a la Cámara por Bogotá de un movimiento independiente y un cuarto renglón al Senado del Partido Liberal, ninguno logró ser elegido, pero sentaron un precedente al interior del partido Liberal y conformaron el grupo Minorías Sexuales quienes por medio de una resolución temporal, obtuvieron una cuota para el sector LGBT para una elección interna del partido. 

En el año 2003 se presentaron dos candidatos LGBT al Concejo de Bogotá, uno por el partido Liberal y otro por el recién creado Polo Democrático Independiente. En ese momento entraba en vigor la reforma política que obligaba a presentar listas únicas de candidatos por cada partido, por lo que la presencia de estos dos personas Gays en las listas, era una señal del reconocimiento de los partidos al avance del movimiento social LGBT. Sin embargo, nuevamente estos candidatos no lograron obtener las curules.

El año 2007 fue muy importante para la comunidad LGBT, la Corte Constitucional aprobó los derechos patrimoniales para parejas del mismo sexo, el proyecto de ley de parejas fue aprobado en todos los debates del Congreso pero hundido en la conciliación gracias a una jugada sucia de algunos congresistas y en las elecciones locales varios candidatos LGBT se postularon. En el caso de Bogotá varias personas se lanzaron a ediles y concejales pero sólo uno fue elegido, Sebastian Romero, nuestro Milk Colombiano. Un año realmente exitoso para los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas.


Podría decirse que lograr que un candidato abiertamente homosexual ganará un cargo de elección popular representa el poder del voto rosa, pero ¿esto es cierto? la mayoría de las personas LGBT parecieran no tener en cuenta la orientación sexual a la hora de votar, tampoco parecen tener en cuenta el partido y el apoyo que este le brinde al tema pues de ser así todos votarían por un mismo partido, entonces ¿cual es la ventaja de que los candidatos asuman públicamente su orientación sexual?


Recientemente el blog Orgullo LGBT presentó los candidatos que apoyan políticas públicas para población LGBT, no necesariamente son gays o lesbianas o transgeneristas o bisexuales pero se comprometen a trabajar a favor de los derechos de la comunidad LGBT, varios de ellos están haciendo campaña anunciando públicamente su orientación sexual y será el momento para evaluar si el voto rosa cuenta.


Por mi parte creo que asumir públicamente la orientación sexual o la identidad de género (ésta última más difícil de ocultar) por parte de un candidato, es un acto de valentía, de transformación de imaginarios, de reivindicación de nuestros derechos y por supuesto una forma de activismo pero necesitamos mejorar la formación política de las personas LGBT para que esta postura realmente tenga réditos políticos, no se trata de votar por alguien sólo porque es homosexual, ojalá sea una persona que entienda, defienda y promueva los derechos de las personas LGBT, pero el simple hecho de salir del clóset es un avance político.


La formación política permitiría que las personas LGBT dejen de apoyar candidatos abiertamente homofóbicos, que no tienen ningún reparo en criticarnos públicamente pero pedir nuestros votos en privado, como amantes escondidos, si quieren nuestros votos que nos defiendan públicamente y no sean vergonzantes. La formación también permitiría que el voto rosa tenga fuerza como la que tiene actualmente el voto cristiano, abiertamente homofóbico y tan atractivo para los candidatos que muchos de ellos ya dicen "Dios los bendiga" cuando se despiden.


Mientras la orientación sexual se siga usando para desprestigiar a un candidato como lo hace un columnista de Kien&ke que insinúa la orientación sexual de ex presidentes y candidatos tratando de mostrar que son mentirosos, tendremos pocos candidatos que se atrevan a hacer pública su orientación sexual, pero si no lo hacen jamás romperemos el círculo vicioso que ese dilema conlleva.


Hagamos valer nuestro voto rosa, votemos bien, votemos a conciencia y votemos pensando si esos candidatos realmente serían los mejores para lograr el respeto por la diversidad que necesita esta ciudad.

viernes, 8 de julio de 2011

El argumento de los empleos para eludir las normas

En los últimos años se ha vuelto costumbre que cuando se toma una medida que afecta a algún empresario o grupo de empresarios, éstos argumenten que tendrán que eliminar puestos de trabajo y dejar a varias personas sin empleo.

Generalmente el argumento es falso y está más referido a decisiones que ya habían tomado antes de la nueva norma o de obligarlos a cumplir una existente, pero con eso buscan presionar al gobierno de cualquier nivel para que no los afecten.

La estrategia no es nueva, cuando comenzó el control al consumo de tabaco, las tabacaleras sacaron cifras extraordinarias de los empleos que se perderían, nunca contaron las vidas que se salvarían ni la cantidad de dinero que se ahorraría el sistema de salud, solo pusieron a sus empleados de escudo para evitar sus perdidas financieras.

Lo mismo ha sucedido con los impuestos y los controles en otras áreas, los floricultores cuando se prohibió el uso de insecticidas tóxicos para sus trabajadoras o por los horarios y tratos a los que eran sometidas, los Sanandresitos cuando se comenzó el control al contrabando y a la evasión de impuestos, con los importadores cuando se plantearon aranceles y muchos otros ejemplos.

El argumento es tan absurdo pero tan popular que no se nota, es como si dijeran "estoy violando la ley pero si me obligan a cumplirla se perderán muchos empleos" ¿no hay algo mas absurdo?

Eso ha venido sucediendo en Bogota con los establecimientos que funcionan en zonas donde no está permitido el uso del suelo, cuando se ordena su cierre obligan a sus empleados a interponer tutelas por derecho al trabajo cuando el responsable de que esa pérdida de empleo fue el mismo empresario que violó la ley y los puso a trabajar en un sitio donde no estaba permitido.

Lo mismo está pasando con los tenderos que están vendiendo licor y que se ven "afectados" por el Decreto 263 del 2011 que restringe la venta de licor hasta las 11pm. Cuando ellos abren sus negocios lo hacen en zonas residenciales y se supone que solo van a vender productos de consumo, la leche, el pan, etc. Pero un día deciden que vender trago es mas rentable y comienzan vendiendo unas cervezas, los vecinos no se quejan porque no los afecta, pero después sigue el aguardiente, la música a todo volumen, las riñas, los gritos y lo que era un barrio residencial se convierte en un infierno.

Efectivamente este es un problema económico. Para los tenderos por la reducción en las ventas y la "pérdida" de empleos y para la ciudad porque tiene que aumentar el pie de fuerza de policia para atender los problemas generados por la tienda, tiene que aumentar el gasto en salud publica por las riñas y las lesiones personales, tiene que invertir en gastos administrativos por la cantidad de quejas que comienzan a llegar de los vecinos y por ultimo, por la desvalorizacion de sectores enteros a causa del cambio de uso.

¿Qué se debe priorizar entonces, los ingresos económicos de los tenderos y los posibles impuestos que van a pagar o los gastos que todos los bogotanos y bogotanas vamos a tener que pagar a causa de su violación de la norma? parece una pregunta retórica pero hay muchas personas que aun creen que el bien individual debe primar sobre el general.

Si no tomamos conciencia de la necesidad cada vez mayor, de regular la venta y consumo de licor y generar medidas que reduzcan las externalidades negativas que produce, tendremos que acudir a medidas cada vez mas impositivas.

Lo mejor sería establecer una Política Pública de la Rumba, que incluya la puesta en marcha del Decreto 120 de 2010 del Ministerio de Protección Social, sobre consumo responsable de alcohol, una policia especializada en el manejo de personas alicoradas, unas licencias para la venta de licor y unas certificaciones sobre tipos de establecimientos y horarios de funcionamiento.

Esa será la única forma de reducir el 28% de homicidios asociados a consumo de licor que ocurrieron en Bogota en el año 2010 y de lograr que la rumba y la diversión sean un derecho que se puede ejercer de forma segura y tranquila.

martes, 5 de julio de 2011

Que le preguntaría a un candidato a la Alcaldia sobre el tema LGBT

Este es un momento crucial para definir los destinos de la ciudad de Bogotá, elegiremos Alcalde, Concejales y Ediles.

Pero la rareza de estas elecciones no ha permitido hacer preguntas concretas sobre temas de ciudad a los candidatos, por eso y debido al debate generado en Twitter sobre las respuestas de los candidatos a la Alcaldia, propongo las siguientes preguntas:

1. Conoce la Política Publica LGBT de Bogota

2. A cuál de estos derechos propuestos en la política publica LGBT daría mayor énfasis en su gobierno:
Salud.
Educación.
Trabajo.
Vida y seguridad.
Participación.
Cultura.

3. Como incluiría a la población LGBT en su plan de desarrollo, cual seria la meta a alcanzar en esos 4 años

4. Apoyaría eventos de la población LGBT como la marcha de la ciudadania

5. Acompañaría una marcha de la ciudadania LGBT y se pronunciaría públicamente a favor de derechos de la población

6. Como reduciría la discriminación que generan los funcionarios públicos, especialmente policías, contra la población LGBT


Supongo que hay muchas más cosas que preguntar pero con estas me siento satisfecha, ahora quién les pregunta.
Enviado desde BlackBerry® de COMCEL S.A.

Se nos fue la mosca cojonera


"Nosotros, los que hoy nos estamos manifestando aquí y en todo el mundo, somos como aquella pequeña mosca que obstinadamente vuelve una vez y otra a clavar su aguijón en las partes sensibles de la bestia. Somos, en palabras populares, claras y rotundas para que mejor se entiendan, la mosca cojonera del poder." José Saramago


Hace un tiempo preparé una despedida para José Saramago pero el tiempo, las excusas y la vida no me permitieron terminarla y publicarla. Hoy que estoy revisando notas y poniendo al día mi blog, me reencuentro con este gran hombre y quiero publicar mi homenaje un año después de su muerte.

La ceguera no está en los ojos, sino en el alma. La ceguera blanca de Saramago me impactó desde el momento en que comencé a leerla, no era oscuridad, era el exceso de luz el que no permitía ver, era una ceguera lechosa, pesada, una ceguera inusual, la misma que tenemos en nuestros días, cuando nos negamos a ver las inequidades, la injusticia, la falta de solidaridad.

Saramago me causó admiración desde el principio, no sólo escribía de una forma poco convencional, dándose el lujo de eliminar los puntos y las mayúsculas, como en la Caverna, sino que se atrevía a cuestionar la base fundamental de la fe, como en el Evangelio según Jesús, o de la democracia como en Ensayo sobre la Lucidez, este último incluso alimentó mis sueños de participación política durante un largo tiempo.

Me causaba admiración también, el que hubiera comenzado a escribir tan viejo (espero no ser irrespetuosa), casi a los 54 años, y no puedo negar que eso me ánima a pensar que algún día podré dedicarme a escribir, así no sea para vivir de ello.

Pero eran sus posiciones políticas las que más me gustaban, siempre cuestionando, siempre preguntando, sin tragar entero, sin caer en fanatismos o en lambonerías o en amarillismo, este hombre profundamente demócrata pero crítico de la democracia, opino hasta el último de sus días y se comprometió con muchas causas que a veces parecían perdidas.

Su metáfora más clara fue la de las moscas cojoneras o más que clara, la que más claridad aportó a mi vida política, siempre pensamos que para enfrentarnos a los grandes poderes debemos ser igualmente poderosos y que como no lo somos debemos pasar de agache, aguantarnos o ignorar las injusticias, pero las moscas cojoneras no tienen problema en el tamaño de la bestia que molestan, una y otra vez regresan por su presa así ésta las pueda aplastar de un sólo golpe, hasta que finalmente la enloquecen y la tumban, ¿no podemos ser nosotros esas moscas cojoneras que no sueltan su presa? ¿no podemos insistir en tumbar a la bestia así seamos miserables moscas? ¿no podremos trabajar en grupo para lograrlo?

Gracias a él creo que si, que podemos tumbar los esquemas tradicionales que no nos permiten aprovechar el potencial de la solidaridad y la complejidad de nuestra sociedad para construir formas mejores de vivir, gracias a él creo que podemos cambiar el mundo, moldearlo, mejorarlo, adaptarlo, adecuarlo. Gracias a él creo que podemos usar nuestro poder de moscas cojoneras y picar y picar hasta que los cansemos.

Gracias Sr Saramago por ser una luz en un mundo de ciegos, gracias por mostrarnos que se puede pensar en un mundo de loros, gracias por creer que la Lucidez llega con las decisiones y no con los miedos, gracias por enseñarnos a ser jóvenes siempre.

Mañana es la única utopía
Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la
convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo
que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer
lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos
y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero
con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones
se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse
en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues
mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino
derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
José Saramago

domingo, 3 de julio de 2011

La medida de regulación de la venta de licor en Bogotá


Hace algunos días el columnista del Espectador, Nicolás Uribe cuestionaba la medida adoptaba por la Alcaldesa (d) Mayor; de restringir la venta de licor después de las 11 de la noche en establecimientos que no estén dispuestos para ello. Argumenta el columnista que es una medida absurda y que restringe derechos, a la vez que es inoperante por la falta de capacidad de las autoridades. También señala que es una medida de falta de gobernabilidad porque proponen prohibiciones y limitaciones de la libertad.

Estos argumentos parecen muy extraños para un ex congresista que tuvo entre sus mayores orgullos el ser ponente del proyecto de ley que sanciona a los portadores de la dosis mínima y que argumenta que tal sanción es necesaria, entre otras cosas, por razones de seguridad pública. No tuvo inconveniente el representante a la Cámara, en cambiar la Constitución para convertir un tema de salud pública en un problema de seguridad nacional pero si considera “inútil, absurdo y una limitación de la libertad” controlar la venta de licor como lo hacen la mayoría de ciudades importantes del mundo.

La explicación de esta aparente contradicción del columnista Uribe tal vez sea su diferenciación entre prohibición y penalización, cuando era Representante en su ponencia señalaba lo siguiente “Es preocupante que en los medios y en la opinión pública se estigmatice al Gobierno y a los parlamentarios que apoyan esta iniciativa como "PENALIZADORES" de la dosis mínima. Es preocupante porque en la realidad en ningún momento se está penalizando el consumo y porte de dosis mínima, si mucho y a lo sumo, se está prohibiendo el consumo y porte de estupefacientes. Una cosa es penalizar y otra cosa es prohibir. En Bogotá está prohibido el consumo de alcohol en lugares públicos, en la calle, pero en ningún caso tomar en la calle está penalizado. Similar posición adoptó el Gobierno Nacional con el Acto Legislativo de dosis personal, es decir la prohíbe pero no la penaliza”

Podría decirse lo mismo de la medida de regulación de la venta de licor, que no estigmatiza a los sectores populares como lo asegura el columnista, ni está señalando de delito el consumo de licor sino que busca regular una sustancia que de acuerdo con las estadísticas de Bogotá, en el año 2010 estuvo presente el 28% de los homicidios. No es extraño que la venta de licor se regule, de hecho, lo extraño es que no se haga, la mayoría de ciudades del mundo cuentan con licencias para la venta de licor que tienen, entre otras restricciones, que la personas estén calificadas para venderlo, para reconocer un cliente en riesgo (ya sea por intoxicación etílica, porque conduce un vehículo, etc.) y que tengan una póliza de responsabilidad civil en caso de que los clientes sufran algún accidente por haber consumido licor en ese establecimiento. En Colombia estamos muy lejos de esa regulación, pero al menos se puede regular quienes y a qué horas venden el licor, ¿qué es lo extraño y absurdo de esto?

Por otro lado, argumenta el columnista que la medida es absurda porque no hay manera de ponerla en práctica y nuevamente pareciera que ese argumento no corresponde a una persona que pide sancionar la dosis mínima a través de la privación de la libertad en sitios especiales para el tema, que no sean cárceles y que de paso les den un tratamiento terapéutico. Quizás vea más sencillo el señor Uribe, que un policía identifique a un drogadicto, lo separe de un vendedor de sustancias psicoactivas, lo lleve a un centro especializado que no existe y que de acuerdo con los recursos del Estado, no existirá pues la salud está en crisis, y garantice que le den un tratamiento. ¿Será que para esa medida si existen recursos de policía, de presupuesto y de personal?

Es claro que el columnista mide con una vara sus propias iniciativas de prohibición y con otra las que propone el Distrito, sin tener en cuenta que en Bogotá la medida ya se aplicó en el año 2009 y fue efectiva durante 6 meses y pudo ser demostrada su efectividad en las cifras de riñas, lesiones personales y hurto a personas, quizás sería importante que se hiciera un debate serio sobre la regulación de la venta de licor en el país, pues este siempre ha estado mediado por los intereses de la industria y nunca ha tenido un análisis sobre sus consecuencias y su manejo, la única aproximación al tema fue el Decreto 120 de 2010 del Ministerio de Protección Social, que desafortunadamente sigue sin ser aplicado y que de acuerdo con el señor Uribe debe ser igual de absurdo e inútil.

lunes, 27 de junio de 2011

La marcha de la ciudadanía LGBT

Por sexto año consecutivo asistí a la marcha de la ciudadanía LGBT, es la forma más visible de mi activismo y por eso no dejo de hacerlo cada año. Esta vez el recorrido era más corto así que pensé que sería más rápida o que terminaríamos más temprano en la plaza de Bolívar, esta vez no quise marchar con ningún grupo así que llegue al Museo Nacional y me ubique al lado del Toque Lésbico que siempre tiene un buen ambiente.

Al llegar al Museo vi más de 200 policías recibiendo instrucción y pensé en lo bueno que era contar con ellos, pero más adelante escuche a alguien decirle a una organización que no se ubicara al frente de la puerta del Museo porque le daba mala imagen, me sorprendió, a la vez que me disgustó, como era posible que entre nosotros mismos creyéramos que le damos "mala imagen" a algo, seguí mi camino y llegue a la séptima donde estaban todos los grupos esperando que arrancará la marcha y busqué a las mujeres de la batucada, del Toque Lésbico, estaban súper elegantes con corbatas de colores y sombreros negros, poniendo con sus tambores, el toque alegre a una espera que al parecer se estaba haciendo molesta.

Mi primera sorpresa fue ver el desorden, nadie ubicaba los grupos, todos estaban amontonados, unos se empujaban a otros y eso parecía más una fila para hacer un reclamo que la salida tradicional de la marcha. Recuerdo que en los años anteriores los organizadores de la marcha pasaban una y otra vez ubicando los grupos en el orden que se había definido, adelante las organizaciones de activistas, atrás los grupos políticos, luego las instituciones públicas y por último las carrozas. Debo admitir que me parecía odioso que nos organizarán de esa forma, siempre pensé si es una marcha para que tanta sicorigidez, pero al ver el arranque ayer extrañe las ordenes y las instrucciones que daban los organizadores.

Después de mucho esperar, porque la marcha no salió a las 2:00 pm como lo hace siempre sino casi una hora tarde, la marcha arrancó, me preocupe cuando no vi la logística que todos los años se ubica a lado y lado de la calle y evita que los "mirones" se metan en la marcha y la perturben, algunos años esta labor la hizo Misión Bogotá con sus auxiliares sosteniendo una cinta de seguridad que separaba a los caminantes de los observadores, otros años lo hizo una empresa de logística particular e incluso recuerdo un año en que el mismo ESMAD se ubico al lado de la calle abriendo paso a la marcha, fue muy raro pero ocurrió.

Este año en cambio, la gente se metía a la marcha y sin ningún respeto detenían el paso para "exigir" (que no pedir) fotos con los que caminaban, el tema llegó a ponerse tan complicado que muchos agarraban del brazo a los de la marcha y los obligaban a parar. La situación se puso tan crítica que a la altura de la calle 26 los observadores se tomaron las calles (casi 5 cuadras) y no dejaron avanzar la marcha por más de media hora.

Algunos caminantes desesperados se tomaron la organización por su cuenta y con megáfono en mano comenzaron a despejar la vía en un intento desesperado por avanzar, otros, como fue mi caso, armamos un cordón de seguridad humano alrededor del grupo que marchaba y a medida que avanzábamos íbamos retirando las personas que miraban y que gritaban cosas. 

En un momento, las mujeres de la batucada tuvieron que detener su música pues algunas personas les tiraban agua, les impedían el paso mientras bailaban en frente de ellas o simplemente intentaban tocar los tambores, así que tuvimos que cerrar más la cadena humana de amigos y amigas de las músicas y asumir el papel de los logísticos, la tarea fue muy dura y me hizo admirar a esos pobres muchachos que en eventos, conciertos y marchas tratan de mantener la gente calmada con la única arma que tienen, su cuerpo.

A medida que lográbamos avanzar veía en el camino a los auxiliares de policía, a los patrulleros, a los carabineros, a la policía de tránsito y pensaba "por qué ellos no están haciendo esta labor" a más de uno le pedí que nos colaborara con la gente y su respuesta fue una mirada indiferente o el voltear la cara, algunos incluso estaban tomando fotos en lugar de ayudar a organizar el desorden.

No fueron los únicos que sólo estaban para mirar, los muchachos de Misión Bogotá estaban parados a lado de la calle mirando pasar la marcha y sin moverse un milímetro, a varios les dijimos que ayudaran a correr la gente y su respuesta fue "a mi me dijeron que me quedará aquí" por lo visto no tenían ni idea para qué.

En el colmo del desespero hablamos con los gestores de convivencia de la Secretaria de Gobierno y uno de ellos me explicó "la Mesa LGBT no quiso ayuda este año con la marcha por eso sólo estamos de observadores" curiosa decisión, puesto que la marcha no es un problema de la Mesa LGBT sino de la ciudad y si se presenta algún incidente no es la Mesa quien le responderá a la ciudad sino la Administración Distrital.

Después de más de dos horas finalmente llegamos a la Plaza de Bolívar, por fin vi a los organizadores de la marcha, estaban muy ocupados hablando en la tarima, supongo que desde allí estaban coordinando, aunque me pregunto si alguna vez se enteraron del desorden y la angustia que se vivió en el recorrido.

No vi ambulancia y ni la tradicional carpa del PMU por ningún lado, es probable que estuviera en otra parte pero esta marcha me dejó un sabor agridulce y una profunda nostalgia por los organizadores de antaño, aquellos a quienes ahora llaman "dinosaurios" Germán Humberto Rincón, Elizabeth Castillo, Diana Navarro y seguramente muchos más que se me escapan, y que yo veía corriendo de un lado al otro de la marcha informando lo que pasaba, organizando el recorrido, informando a las autoridades, exigiendo el apoyo, manejando el público, yo nunca hice parte de los organizadores, siempre he sido una "usuaria" de la marcha por decirlo así, pero ayer dimensioné el tamaño de la tarea que se echaban sobre sus hombros estos líderes de años anteriores.

Ojala la experiencia de ayer sirva para hacer una autocrítica y recoger la experiencia de los otros años para no inventarse la rueda otra vez y correr el riesgo de que el evento más importante y significativo de la comunidad LGBT se deteriore y pierda su esencia.

Marcha LGBT año 2005. Observese como Misión Bogotá
tiene un cordón de seguridad y los observadores se mantienen en el anden

Marcha LGBT año 2006, una empresa de logística se encarga
del cordón de seguridad

Marcha LGBT, año 2007, empresa de logística hace cordón de seguridad
Marcha LGBT año 2009. Nuevamente logística
hace cordón de seguridad
Marcha LGBT 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

Bitacora de viaje II

EL COMIENZO DEL VIAJE

Luego de mi nombramiento, antes de mi posesión el 19 de abril, hubo una avalancha de periodistas que querían saber cómo era eso de ser lesbiana y ser nombrada alcaldesa, el Espectador y el Tiempo sacaron artículos principales en edición del domingo, periódicos locales me llamaron, canales de TV querían hablar conmigo, me sentía una estrella de rock.

El morbo y la doble moral hicieron que el nombramiento de una alcaldesa abiertamente homosexual se convirtiera en noticia nacional, no entendí el gran peso que eso tendría en mi trabajo hasta un tiempo después, pero en ese momento sólo estaba disfrutando de mis 15 minutos de fama.

La visibilidad de mi orientación sexual me hacían sentir que mi nombramiento era un triunfo del activismo y del trabajo de muchos hombres y mujeres, por eso agradecí su apoyo en una carta pública enviada a todas las listas de activistas, también esto cambiaría con el tiempo en un aprendizaje que espero poder compartir algún día. 

La posesión fue un momento emocionante, la Plaza de Bolívar estaba repleta y atrás una bandera LGBT ondeaba orgullosa, la misma que nos acompañó en las marchas, la que nos acompañó en las protestas y lastimosamente, la misma bandera que acompañaría después el ataúd de mi amigo Sebastian Romero, como cerrando el círculo de un sueño que construimos juntos. 

La bandera que me representa
Durante la posesión varios amigos, amigas y activistas aplaudían que una mujer lesbiana pudiera ejercer un cargo público sin esconderse en el clóset. Al momento de firmar mi resolución de posesión alce la mano donde tenía la manilla multicolor, y la mostré a todos, en ese momento el alcalde me tomó del brazo y cómo si estuviera levantando un trofeo, sostuvo mi mano. !!Lo habíamos logrado¡¡ años de activismo habían dado su fruto. Por qué desperdiciaríamos tanto esfuerzo.

"Maricas del mundo.... a la izquierda!!"

Mi familia me acompañó a este evento, con el orgullo que sólo el amor puede dar, mi mamá respondía preguntas de los periodistas y yo cometí el primer error de mi alcaldía, darles mi celular a los periodistas, después de eso me llamaban a cualquier hora y sin ningún reparo, así que si tienen la oportunidad consigan un jefe de prensa y siempre den el teléfono de él.

Pasada la euforia del nombramiento, la posesión, las fiestas de celebración, las felicitaciones, las entrevistas y demás, comenzó el trabajo de verdad. Todo el estudio, la preparación, los libros, las normas y los códigos no te preparan para lo que comenzó en la semana de inducción; me sentía en un remolino, en una tormenta, cada dato, cada documento, cada nueva tarea que me explicaban me hacían ver la magnitud del cargo que había asumido, a partir de ese momento entendí la cara de alegría de mi antecesora, Angélica Lozano, cuando me entregó el cargo, claramente se había quitado un bulto de encima.

Angélica ¿de qué te ríes??
Las primeras semanas vi cientos de papeles y me resistí a firmar muchos de ellos por temor a equivocarme, sentía que era muy difícil, que necesitaba más tiempo, la primera vez que me pasaron una cuenta de cobro por mil millones de pesos para autorizar un pago, sentí que me iba a desmayar, !mil millones de pesos¡. Un dato que la mayoría de gente no sabe es que los alcaldes locales no pueden definir su equipo de trabajo, éste es asignado por la Secretaría de Gobierno y en su mayoría son funcionarios de planta con muchos años de experiencia, pero también que se las saben todas, al no llevar a mi propio equipo tenía que conocer primero a cada uno de los funcionarios y entender lo que hacían, al tiempo que establecía cuales querían trabajar conmigo y cuales no. Esa fue mi primera experiencia de discriminación, algunos funcionarios hacían comentarios sobre mi orientación sexual y algunos pidieron traslado para no tener que trabajar con una mujer lesbiana, eso también se transformó con el tiempo.

Fueron momentos muy agitados, visité cada barrio, cada zona, cada junta de acción comunal, cada organización, subí a la Vereda, conocí a los campesinos chapinerunos y de paso disfrute de los paisajes de nuestra zona rural. Ese arranque tan maratónico me sirvió para todo lo que vendría después, pero eso será motivo de otra historia

sábado, 19 de marzo de 2011

Bitacora de un viaje

Luego de casi tres años al frente de la alcaldía de Chapinero, creo que es importante contar la historia de lo que ha significado estar en este cargo y sobre todo aportar aprendizajes que quizás puedan servirles a otras personas que algún día se animen a estar aquí. Por eso, a partir de esta semana contare mi experiencia en un cargo público, las cosas que he aprendido, los errores que he cometido y también los aciertos. Con mucha sinceridad quiero compartirles la bitácora de este viaje que inició el 19 de abril del 2008 y que ha significado un cambio importante en mi vida, en mis creencias, incluso en mi forma de ver la política.

Espero disfruten de este pequeño relato de viaje, una viaje a Ítaca tal vez, o a la isla misteriosa, un viaje a través de la realidad contrastada con los sueños, bienvenidos y bienvenidas a viajar conmigo.

LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE
Mucha gente no sabe como terminé como Alcaldesa local de Chapinero, los que me conocen jamás me escucharon decir que quería este cargo y los que no me conocen creen que lo busque toda mi vida. La verdad es que este cargo llegó luego de muchos años de trabajo en activismo y política. 

Todo comenzó en 1999 cuando un grupo de jóvenes quería hacer política distinta, con sueños, anhelos y mucha ingenuidad y creamos un colectivo llamado COMPATRIANDO que se la jugaba por un país socialmente competente y unas prácticas democráticas atravesadas por la limpieza comunicativa. 

Horas de tertulias, reuniones, debates, discusiones, encuentros con políticos tradicionales y otros no tanto, fueron conformando nuestro primer experimento de participación política y con mucha energía nos lanzamos a campañas, yo fui candidata a edilesa de Barrios Unidos, donde vivía con mi mamá, y otros amigos fueron candidatos al concejo en otras ciudades del país. Perdimos (un poco abrumadoramente) pues no sabíamos lo difícil que era lograr convencer a alguien de que vote por ti, lograr que una persona te delegue su confianza y te de la autoridad para decidir por ella, es más difícil que vender mercancía, acá no ofreces nada concreto, tan solo tu promesa de que harás muchas cosas que podrán servirle en un futuro… pero nadie compra algo tan raro.

Después de ese experimento nos acercamos a otras propuestas políticas “de grandes”, Partido del Socialismo Democrático, Lucho Garzón y finalmente Polo Democrático Independiente. Fui parte de las y los fundadores de este experimento de izquierda y no me arrepiento, aunque debo admitir que no salió como esperábamos y que faltó grandeza.

Paralelo a esta experiencia política del tercer tipo, un conflicto emocional se iniciaba en mí, años de ocultar mi orientación sexual terminaron por explotar y me hicieron acercar a grupos y activistas que luchaban por los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas. Planeta paz, Piedad Córdoba, proyecto de ley de parejas, Mesa LGBT de Bogotá, Colombia Diversa y tertulias gatos pardos fueron algunos de los espacios en los que trabaje a favor del sector LGBT y en busca de entender mis propias dudas.
En un punto de la vida los dos experimentos, el político y el activista, se cruzaron, primero fue Piedad Córdoba que estaba apoyando un proyecto de ley de parejas del mismo sexo y que se lanzaba para el Senado, ella invitó a algunos activistas a hacer campaña conjunta, Edgar Robles, Germán Rincón, y como yo los conocía los apoye en esas campañas. Fue interesante, hablar con la gente, convencerla de que era importante votar por una persona gay que apoyará nuestros proyectos, entregar volantes en los bares e incluso aceptar desplantes de personas que nos decían que la política era una porquería.

Piedad Córdoba ganó pero los activistas perdieron y en ese proceso ellos terminaron disgustados con Piedad y yo termine distanciada de la política por un tiempo. Pero al parecer ese es un bicho que pica fuerte y no te deja y luego nuevamente estaba haciéndole campaña a Germán Rincón al Concejo de Bogotá. Esta vez fue diferente porque el candidato no quería participar, así que la campaña fue débil y fría y por supuesto, como diría Les Luthier "perdimos otra vez".

Uno debería quedar curado de querer participar en política después de una campaña, jornadas agotadoras de entrega de volantes en los bares hasta las 3 de la mañana, hablar con mucha gente para convencerlos, conseguir plata para la publicidad, hacer reuniones, enviar correos electrónicos, promover eventos y todo esto en tus jornadas de tiempo libre porque tienes que seguir trabajando, pero parece que no te curas.

Yo trabajaba en esa época en una organización internacional llamada ACNUR, que es una agencia de Naciones Unidas que trata el tema del desplazamiento. Gracias a ese trabajo pude conocer muchas regiones del país que ni siquiera imaginaba, Magdalena Medio, Putumayo, Tumaco y sur del Pacífico, Montes de María, en fin, esas regiones que no se mencionan en las noticias pero donde se vive la realidad del conflicto armado en el país. Al participar en política siempre he pensado que desde allí se pueden cambiar esas realidades, la realidad del conflicto, la realidad de la miseria y la pobreza que se vive en muchas zonas del país y la realidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas que somos discriminados, por eso participo en política, para que no decidan por mí.

Una vez terminada la campaña al concejo, seguí trabajando en el activismo con unas tertulias mensuales llamadas Gatos Pardos en las que se presentaban investigaciones LGBT, fue un espacio bonito y durante un tiempo me pareció que era lo único que debía hacer, se presentaban jóvenes que habían terminado su universidad y que habían hecho tesis o trabajos de grado relacionados con el tema, en esa época (año 2004) estas investigaciones eran escasas y los espacios donde presentarlas lo eran aún más. Por eso lo disfrute tanto, tuvimos temas de psicología, publicidad, historia, geografía, todo un recorrido por el tema LGBT, pero nuevamente el bicho de la política me picó, esta vez en forma de una amiga, Angélica Lozano.

Angélica era del comité ejecutivo nacional del Polo Democrático Independiente y junto con Daniel Garcia Peña habían propuesto una formula de cuotas de participación para el congreso fundacional del partido. Era un sistema de cuotas novedoso porque incluía un 30% para mujeres, un 20% para jóvenes y un 10% para minorías, es decir, el 60% de los cupos para el congreso se destinaban a los tradicionalmente excluidos, en realidad fue impactante. Dentro de las minorías se habían incluido a los indígenas, a los afros y a las personas LGBT, que era otra novedad no sólo en el partido y en el país sino en toda latinoamerica, pero la dificultad era encontrar lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas que quisieran ser públicos, hacer parte de un partido político como el Polo, hacer campaña para ir al congreso y además asistir a ese congreso a tomar decisiones, demasiados requisitos juntos.

A pesar del esfuerzo, Angélica no encontró personas que quisieran meterse a esa campaña y entonces me llamó a mí. Me tomó por sorpresa la propuesta, hacer parte del sector LGBT del Polo, hacer campaña, etc. y además conseguir otras personas que quisieran hacer lo mismo, porque si no se llenaba el cupo pues era muy probable que cambiaran las reglas y se perdiera.el espacio. Use este último argumento y llame a todos los amigos y amigas y a todas aquellas personas que había conocido en las tertulias y les dí una señal de urgencia "si no vamos a ese congreso se perderán los cupos para las personas LGBT y seguramente perderemos la oportunidad de que el sector se visibilice" El llamado de urgencia funcionó y 8 personas aceptaron asistir, así que junto con otros tres que Angélica ya había conseguido, fuimos 11 personas LGBT las que nos inscribimos a las elecciones internas para el congreso fundacional del Polo Democrático Independiente, eramos como agujas en un inmenso pajar, porque en total se inscribieron más de 10.000 personas de todo el país de las cuales eran elegidas 1.500, eramos pequeños David contra lo que parecían inmensos Goliat.

Esa fue la oportunidad de trabajar con Sebastian Romero, a quien ya conocía de hacía algún tiempo, y fue la oportunidad de construir una amistad muy bonita. Mi entrañable Sebastian al que quería mucho, me mostró en esa ocasión y en muchas otras, la pasión, la entrega y el compromiso con el que se lanzaba a sus causas, me enseñó a volver divertidas las cosas más aburridas y a ver la sociedad como un todo, como un sistema, me enseñó de autores y libros, de biología, de filosofía, esa fue la oportunidad para encontrar un amigo por el cual le doy gracias al universo y cuya ausencia sentiré toda la vida.

Los 11 mosqueteros, nos fuimos muy convencidos a hacer campaña, sin embargo, lograr votos no es fácil y en el camino perdimos a dos miembros y luego en las elecciones otros dos perdieron, al final 7 personas LGBT de Bogotá fuimos al congreso. Ese escenario no era muy conocido y miles de personas vieron a dos parejas homosexuales tomadas de la mano por todo CORFERIAS con mucha sorpresa y algo de temor, fue un gran momento de visibilización y sensibilización, sindicalistas, obreros, campesinos, lideres de izquierda de todo el país, miraban con sorpresa como un grupo de "maricas" hacían parte de "su" partido.

En ese lugar conocimos a otros miembros del sector LGBT, venían de Medellín. Robinson Sanchez, David Ramirez y Luis Bernardo Rosado fueron elegidos en esa ciudad por el sector LGBT, al congreso, lastimosamente el primer encuentro no fue muy amable y los compañeros paisas decidieron que no eramos sus aliados sino sus competidores y preocupados por los cargos directivos iniciaron una pelea por saber quien sería el delegado a la dirección nacional a nombre del sector LGBT. Dicen que la primera impresión es la que queda, lástima que la primera impresión de estos compañeros haya sido tan conflictiva, sin embargo, después de largas jornadas de discusión llegamos a unos acuerdos y tres personas del sector llegaron a la dirección del partido.

El Congreso Nacional fue la oportunidad de construir una propuesta política LGBT, pero aún no tenía nombre, sólo nos presentamos como sector y algunos nos llamaban los "maricas" del Polo, los rosados, por eso, días después, bautizamos nuestro experimento como el Polo de Rosa, una propuesta LGBT de hacer política, con una mirada compleja, con una apuesta solidaria y una búsqueda de la diversidad.

Fue a partir del Polo de Rosa que comencé a ocupar cargos en el Polo Democrático, primero en el comité de ética y luego en la Dirección Nacional, al llegar las elecciones del 2007 teníamos claro que este grupo debía participar y tener su propio representante en un cargo de elección popular, así que lanzamos a Sebastian Romero a la Junta Administradora Local de Chapinero, fue una campaña difícil porque la gente no nos conocía y tuvimos que caminar mucho entregando publicidad, hablando con la gente, contando nuestra propuesta, convenciendo de nuestro trabajo. Al final logramos 1.060 votos que garantizaron la curul de Sebastian, el primer edil abiertamente gay de Colombia (meses después la Revista Cambio lo llamó el Milk colombiano por esa elección)

Este primer triunfo nos dio la fuerza para seguir buscando nuevas alternativas y fue así como pensamos en que alguien cercano a nuestro grupo ocupara la Alcaldía Local de Chapinero, pensamos en varias personas. 
Al comienzo yo no estaba interesada y creía que no era el momento para hacerlo, pero una serie de sucesos inesperados me llevaron a tomar la decisión. Mientras buscábamos un candidato o candidata para apoyar en la alcaldía, comenzaron a circular una serie de rumores sobre candidatos conservadores que querían ser nombrados en Chapinero para retroceder en el tema LGBT, personas que planteaban cerrar el Centro Comunitario, controlar los bares LGBT y "volver a los valores".

Ese panorama nos preocupó bastante y un grupo de personas me propuso presentarme al concurso de la alcaldía local de Chapinero para evitar que el avance conservador llegará a Chapinero, no fue fácil tomar la decisión, no estaba en mis planes y nunca había trabajado en el sector público, pero mi activismo y el deseo de lograr que Chapinero siguiera siendo una localidad diversa me convencieron.

Después de inscribirme estuve dos meses estudiando sobre normas, decretos, acuerdos, historia y organización de Chapinero. Aprendí los barrios, las UPZ, sus problemas, sus virtudes; estudie sobre código de policía, estructura del Distrito, funciones locales, etc. Fueron los meses más encerrados y consagrados de los últimos tiempos y claramente tenía el objetivo de pasar el examen de selección.

La mañana del 16 de marzo del 2008, 49 personas nos presentamos en la Universidad Distrital a presentar el examen de conocimientos y aptitudes para aspirar al cargo de alcalde o alcaldesa local de Chapinero. Eran las 6:30 de la mañana y el frío nos hacía temblar, disimulando los nervios, varios aspirantes llegaron tranquilos y confiados y otros, como yo, nerviosos y ansiosos. A las 7:00 a.m. nos permitieron el ingreso a los salones y nos sentaron de acuerdo a nuestros apellidos, lapices listos, borradores en su sitio, tajalapiz preparado, comienza la prueba.

Durante 90 minutos todos y todas estuvimos concentrados en nuestras preguntas, la mayoría eran normativas y los abogados parecían tener ventajas, algunas preguntas de racionamiento abstracto me hicieron sentir cómoda pero otras de organización del Distrito me hicieron dudar. Al final, entregue mi examen completamente lleno, como le enseñan en el ICFES, y comenzó el sufrimiento por los resultados. Al salir algunos compañeros compartían sus respuestas, yo prefería callar, "era la b, porque el Distrito funciona así" "no, era la c, porque funciona asa" yo sólo escuchaba y callaba, lo mejor era esperar.

La espera se hizo larga, aunque sólo transcurrieron 4 días, la sensación fueron siglos, a las 7:30 de la noche Sebastian Romero llamó a mi casa y me dijo "pasaste, de los nervios yo no escuchaba bien, así que le dije "¿que no pasé?" y el repitió "pasaste, pasaste, sólo 7 personas pasaron en Chapinero"

Yo no podía creerlo, era el primer paso es cierto, pero había logrado la primera parte. Como en una competencia de American Idol, había logrado pasar las eliminatorias, ahora tocaba llegar a la final. Luego del examen tuve que pasar un proceso un poco surrealista, por un lado una audiencia pública para presentar mis propuestas, aunque la comunidad en realidad no puede opinar mucho; un proceso de votación de los ediles en el cual elegían tres finalistas (al menos iba a ser primera princesa jeje) y una entrevista con el Alcalde Mayor, la Secretaria de Gobierno y un cura, sí, oigase bien, un cura; en realidad era el Padre Alirio, responsable del programa Goles en Paz, pero siendo una activista LGBT no me simpatizaba mucho que la decisión estuviera en manos de la iglesia.

Todo fue lográndose paso a paso, como en cámara lenta veo uno a uno los momentos que sufrí y gocé, veo a la JAL votando, veo al Alcalde haciendo preguntas y yo contestando muy asustada pero segura de saber la respuesta y veo un momento en que en el noticiero de la noche, en el "1, 2, 3" dijeron "tenemos los nombres de los alcaldes locales" y fueron diciendo localidad por localidad y al mencionar a Chapinero dijeron "Blanca Durán"

Se supone que debía estar feliz, pero algo me decía que no era momento de celebrar, era sólo un rumor y en la puerta del horno se quema el pan, así que decidí actuar con prudencia, sin afanes, al fin y al cabo ya había esperado lo más. Supe que uno de los candidato que fue nombrado en el noticiero salió de inmediato a decirle a todos sus vecinos que era el nuevo alcalde y recuerdo que cuando finalmente la Alcaldía Mayor llamó a los seleccionados él no estaba entre ellos, mi instinto había actuado bien, era mejor ser prudente.

Y por fin sucedió, una llamada en la segunda semana de abril del 2008 me confirmó que había sido nombrada como Alcaldesa Local de Chapinero, no sólo había logrado la corona de primera princesa, me había llevado el título real... pero la dicha no me duraría mucho, pero eso será motivo de otra historia.




sábado, 12 de marzo de 2011

Mis abismos y tu mano

Conocí la Quebrada las Delicias gracias a mi amigo Sebastian, siempre me ha gustado caminar pero debo confesar que me daba miedo subir a esa zona, el intercambiador de la 63, ese elefante blanco e inútil que construyeron en su ronda, lo hizo un lugar sórdido y pocas veces me imagine que si subía un poco más podría encontrar un lugar hermosisimo lleno de cascadas y de agua cristalina.

El camino no es fácil, pero tampoco requiere un esfuerzo muy grande, un sendero de piedras y vegetación, muy poca nativa lastimosamente, muchos eucaliptos, pero llena de vida y diversidad, eso era lo que más amaba él, la vida, la diversidad. Cuando subí por primera vez tuve que cruzar un pequeño camino estrecho que daba a un vacío, a un pequeño precipicio, no era muy alto debo admitirlo, pero mi miedo a las alturas estuvo a punto de paralizarme y me costaba dar otro paso, Sebastían me dio su mano y con toda tranquilidad me ayudo a pasar, me daba seguridad que él me apoyara, me daba tranquilidad saber que estaba allí. Conocí la Quebrada y supe que él tenía razón, que teníamos que protegerla y en cuanto pudimos hicimos un proyecto para recuperarla, pero no logramos ver sus resultados juntos, no logramos disfrutarlos.

Hoy volví a ese hermoso lugar, el agua caía abundantemente y el sol brillaba en medio de sus gotas, las cascadas parecían gritar, parecían saber la razón por la cual estábamos allí, las cascadas sintieron nuestro dolor y lloraron con nosotros.

Hoy volví y camine por esos senderos, por el camino estrecho que tanto miedo me da y no tuve a Sebas para que me diera la mano, no tuve su apoyo para vencer mis miedos, tuve que cruzar sola, aunque estaba acompañada de más personas, pero mi corazón sintió el vacío de su ausencia.

Subimos con un propósito, llevar las cenizas de Sebastian a ese lugar hermoso que tanto amó y protegió, subimos en peregrinación, observando cada sitio como un lugar sagrado, cuando llegamos a las cascadas supimos que era el mejor lugar para que él se quedará para siempre, mezclado con la tierra, con el agua, con los árboles. Un árbol nativo fue el sitio escogido, un árbol pequeño pero firme, aferrado a la tierra y a la vida, como era Sebastian.

Cuando vi que sus cenizas se regaban en la tierra no pude evitar llorar, ya no eras más cuerpo, ahora era sólo espíritu, un espíritu que tomará el agua de esa cascada que hoy gritaba con fuerza y nos bañaba con un rocío frío y tierno a la vez.

Llore mientras pensaba en la falta que me va a hacer que me de su mano y me brinde confianza, mientras recordaba su sonrisa, su vitalidad, su vigor, mientras pensaba en los proyectos que no pudo concluir y que eran nuestros sueños compartidos. Llore porque en medio de tanta vida, nosotros ibamos a hacer una conmemoración a una muerte, a su muerte.

Mi corazón sabe, en lo profundo, que hay que continuar, que necesitamos proteger la vida, la diversidad, que sus proyectos son los míos, que compartimos los sueños y debo ir en pos de ellos, pero el dolor me llena de temor y me hace falta su mano para cruzar los pequeños y los grandes abismos. Sé que debo continuar pero aún no se cómo, espero que al igual que hoy, aunque el camino sea díficil, logremos llegar a ver la hermosura y escuchar como la vida explota en nuestros oidos, me hará falta tu mano mi Sebas, pero aprenderé a cruzar mis miedos.

Te quiero mucho.

jueves, 10 de marzo de 2011

El peso de los años

Este año cumplo 40, quizás por ser mujer no debería decir la edad, es un convencionalismo, hay que mentir sobre la edad, pero nunca como ahora entiendo la expresión "el peso de los años" por primera vez en mi vida me pesan como bultos los años que he vivido, por primera vez siento que caen sobre mi como ladrillos, como piedras.

Cumplo 40 y por primera vez entiendo lo que significa ser viejo, no es por tu cuerpo que se cansa más, no es tu mente que piensa más lento, lo que se envejece es el alma que se carga de tristezas y ya no quiere continuar. Es el peso de los recuerdos el que te cansa, es el cansancio de los fracasos, el dolor de lo perdido. No, envejecer no es tener más años, es tener más dolores.

Siento por primera vez que ya estoy muy vieja para empezar aventuras, para construir mundos, para realizar sueños. Siento por primera vez que ya no me puedo arriesgar porque tengo miedo a perder, siento por primera vez que no soy capaz de volver a empezar porque me pesa el alma y no deja de doler.

Cumplo 40 y solo quisiera parar y dejar de luchar, cumplo 40 y no tengo la fuerza para poder continuar, siento miles de agujas que duelen en el corazón y un millón más que me atraviesan el alma. Me pesan los años.

Con los años la inocencia se pierde y tu capacidad para arriesgarte se acaba, se ha perdido mucho, se ha caído muchas veces. Quizás nos damos cuenta de lo frágiles que somos, de lo humanos, de lo torpes, como Icaros que quieren llegar al cielo y se dan cuenta que sus alas de cera se derriten al llegar al sol.

Ya se lo que es envejecer y pensé que jamás me pasaría, que tendría el elixir de la eterna juventud, que soñar y creer serían mi estrategia para evitar los años, pero ahora veo que no se puede evitar que lleguen las arrugas, que acumules tus muertos, que recuerdes tus fracasos y te llenes de temor. Ya no estás para esos trotes, será mejor dar un paso a un lado y dejar pasar.

Se que me dirán que otros han hecho grandes cosas a edades mucho mayores, que han sido presidentes, escritores o héroes, en verdad no se como lo hicieron, como lograron soportar el peso de los años, cruzar sus miedos y crear y creer. A mi me cuesta.

Quizás sea por el momento que estoy pasando, seguramente mientras mi corazón llora mi mente no puede pensar con claridad, quizás sólo deba dejar "que el tiempo pase" pero no deja de cuestionarme cuánto tiempo tengo para dejar que pase?

Por ahora no tengo más que esperar, pronto cumpliré 40 y siento el peso de los años, de eso se trata la vejez.