sábado, 29 de octubre de 2011

El voto rosa

De antemano ofrezco disculpas por las posibles imprecisiones históricas que tenga este relato, si alguien conoce más información al respecto y podemos armar la historia de la participación política de la comunidad LGBT, les agradezco que me la hagan llegar.



Las primeras experiencias de participación política del sector de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas – LGBT fueron en el año 1997 con tres candidatos al Concejo en las ciudades de Barranquilla, Medellín y Bogotá, de los cuales se retiraron los de Barranquilla y Bogotá (este último por no ser gay). Curiosamente, el candidato de Medellín recibió el aval del Partido Conservador y de las autoridades indígenas, pero no logró la curul. 

Posteriormente hubo dos nuevos intentos en el año 2002 con un candidato a la Cámara por Bogotá de un movimiento independiente y un cuarto renglón al Senado del Partido Liberal, ninguno logró ser elegido, pero sentaron un precedente al interior del partido Liberal y conformaron el grupo Minorías Sexuales quienes por medio de una resolución temporal, obtuvieron una cuota para el sector LGBT para una elección interna del partido. 

En el año 2003 se presentaron dos candidatos LGBT al Concejo de Bogotá, uno por el partido Liberal y otro por el recién creado Polo Democrático Independiente. En ese momento entraba en vigor la reforma política que obligaba a presentar listas únicas de candidatos por cada partido, por lo que la presencia de estos dos personas Gays en las listas, era una señal del reconocimiento de los partidos al avance del movimiento social LGBT. Sin embargo, nuevamente estos candidatos no lograron obtener las curules.

El año 2007 fue muy importante para la comunidad LGBT, la Corte Constitucional aprobó los derechos patrimoniales para parejas del mismo sexo, el proyecto de ley de parejas fue aprobado en todos los debates del Congreso pero hundido en la conciliación gracias a una jugada sucia de algunos congresistas y en las elecciones locales varios candidatos LGBT se postularon. En el caso de Bogotá varias personas se lanzaron a ediles y concejales pero sólo uno fue elegido, Sebastian Romero, nuestro Milk Colombiano. Un año realmente exitoso para los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas.


Podría decirse que lograr que un candidato abiertamente homosexual ganará un cargo de elección popular representa el poder del voto rosa, pero ¿esto es cierto? la mayoría de las personas LGBT parecieran no tener en cuenta la orientación sexual a la hora de votar, tampoco parecen tener en cuenta el partido y el apoyo que este le brinde al tema pues de ser así todos votarían por un mismo partido, entonces ¿cual es la ventaja de que los candidatos asuman públicamente su orientación sexual?


Recientemente el blog Orgullo LGBT presentó los candidatos que apoyan políticas públicas para población LGBT, no necesariamente son gays o lesbianas o transgeneristas o bisexuales pero se comprometen a trabajar a favor de los derechos de la comunidad LGBT, varios de ellos están haciendo campaña anunciando públicamente su orientación sexual y será el momento para evaluar si el voto rosa cuenta.


Por mi parte creo que asumir públicamente la orientación sexual o la identidad de género (ésta última más difícil de ocultar) por parte de un candidato, es un acto de valentía, de transformación de imaginarios, de reivindicación de nuestros derechos y por supuesto una forma de activismo pero necesitamos mejorar la formación política de las personas LGBT para que esta postura realmente tenga réditos políticos, no se trata de votar por alguien sólo porque es homosexual, ojalá sea una persona que entienda, defienda y promueva los derechos de las personas LGBT, pero el simple hecho de salir del clóset es un avance político.


La formación política permitiría que las personas LGBT dejen de apoyar candidatos abiertamente homofóbicos, que no tienen ningún reparo en criticarnos públicamente pero pedir nuestros votos en privado, como amantes escondidos, si quieren nuestros votos que nos defiendan públicamente y no sean vergonzantes. La formación también permitiría que el voto rosa tenga fuerza como la que tiene actualmente el voto cristiano, abiertamente homofóbico y tan atractivo para los candidatos que muchos de ellos ya dicen "Dios los bendiga" cuando se despiden.


Mientras la orientación sexual se siga usando para desprestigiar a un candidato como lo hace un columnista de Kien&ke que insinúa la orientación sexual de ex presidentes y candidatos tratando de mostrar que son mentirosos, tendremos pocos candidatos que se atrevan a hacer pública su orientación sexual, pero si no lo hacen jamás romperemos el círculo vicioso que ese dilema conlleva.


Hagamos valer nuestro voto rosa, votemos bien, votemos a conciencia y votemos pensando si esos candidatos realmente serían los mejores para lograr el respeto por la diversidad que necesita esta ciudad.

viernes, 8 de julio de 2011

El argumento de los empleos para eludir las normas

En los últimos años se ha vuelto costumbre que cuando se toma una medida que afecta a algún empresario o grupo de empresarios, éstos argumenten que tendrán que eliminar puestos de trabajo y dejar a varias personas sin empleo.

Generalmente el argumento es falso y está más referido a decisiones que ya habían tomado antes de la nueva norma o de obligarlos a cumplir una existente, pero con eso buscan presionar al gobierno de cualquier nivel para que no los afecten.

La estrategia no es nueva, cuando comenzó el control al consumo de tabaco, las tabacaleras sacaron cifras extraordinarias de los empleos que se perderían, nunca contaron las vidas que se salvarían ni la cantidad de dinero que se ahorraría el sistema de salud, solo pusieron a sus empleados de escudo para evitar sus perdidas financieras.

Lo mismo ha sucedido con los impuestos y los controles en otras áreas, los floricultores cuando se prohibió el uso de insecticidas tóxicos para sus trabajadoras o por los horarios y tratos a los que eran sometidas, los Sanandresitos cuando se comenzó el control al contrabando y a la evasión de impuestos, con los importadores cuando se plantearon aranceles y muchos otros ejemplos.

El argumento es tan absurdo pero tan popular que no se nota, es como si dijeran "estoy violando la ley pero si me obligan a cumplirla se perderán muchos empleos" ¿no hay algo mas absurdo?

Eso ha venido sucediendo en Bogota con los establecimientos que funcionan en zonas donde no está permitido el uso del suelo, cuando se ordena su cierre obligan a sus empleados a interponer tutelas por derecho al trabajo cuando el responsable de que esa pérdida de empleo fue el mismo empresario que violó la ley y los puso a trabajar en un sitio donde no estaba permitido.

Lo mismo está pasando con los tenderos que están vendiendo licor y que se ven "afectados" por el Decreto 263 del 2011 que restringe la venta de licor hasta las 11pm. Cuando ellos abren sus negocios lo hacen en zonas residenciales y se supone que solo van a vender productos de consumo, la leche, el pan, etc. Pero un día deciden que vender trago es mas rentable y comienzan vendiendo unas cervezas, los vecinos no se quejan porque no los afecta, pero después sigue el aguardiente, la música a todo volumen, las riñas, los gritos y lo que era un barrio residencial se convierte en un infierno.

Efectivamente este es un problema económico. Para los tenderos por la reducción en las ventas y la "pérdida" de empleos y para la ciudad porque tiene que aumentar el pie de fuerza de policia para atender los problemas generados por la tienda, tiene que aumentar el gasto en salud publica por las riñas y las lesiones personales, tiene que invertir en gastos administrativos por la cantidad de quejas que comienzan a llegar de los vecinos y por ultimo, por la desvalorizacion de sectores enteros a causa del cambio de uso.

¿Qué se debe priorizar entonces, los ingresos económicos de los tenderos y los posibles impuestos que van a pagar o los gastos que todos los bogotanos y bogotanas vamos a tener que pagar a causa de su violación de la norma? parece una pregunta retórica pero hay muchas personas que aun creen que el bien individual debe primar sobre el general.

Si no tomamos conciencia de la necesidad cada vez mayor, de regular la venta y consumo de licor y generar medidas que reduzcan las externalidades negativas que produce, tendremos que acudir a medidas cada vez mas impositivas.

Lo mejor sería establecer una Política Pública de la Rumba, que incluya la puesta en marcha del Decreto 120 de 2010 del Ministerio de Protección Social, sobre consumo responsable de alcohol, una policia especializada en el manejo de personas alicoradas, unas licencias para la venta de licor y unas certificaciones sobre tipos de establecimientos y horarios de funcionamiento.

Esa será la única forma de reducir el 28% de homicidios asociados a consumo de licor que ocurrieron en Bogota en el año 2010 y de lograr que la rumba y la diversión sean un derecho que se puede ejercer de forma segura y tranquila.

martes, 5 de julio de 2011

Que le preguntaría a un candidato a la Alcaldia sobre el tema LGBT

Este es un momento crucial para definir los destinos de la ciudad de Bogotá, elegiremos Alcalde, Concejales y Ediles.

Pero la rareza de estas elecciones no ha permitido hacer preguntas concretas sobre temas de ciudad a los candidatos, por eso y debido al debate generado en Twitter sobre las respuestas de los candidatos a la Alcaldia, propongo las siguientes preguntas:

1. Conoce la Política Publica LGBT de Bogota

2. A cuál de estos derechos propuestos en la política publica LGBT daría mayor énfasis en su gobierno:
Salud.
Educación.
Trabajo.
Vida y seguridad.
Participación.
Cultura.

3. Como incluiría a la población LGBT en su plan de desarrollo, cual seria la meta a alcanzar en esos 4 años

4. Apoyaría eventos de la población LGBT como la marcha de la ciudadania

5. Acompañaría una marcha de la ciudadania LGBT y se pronunciaría públicamente a favor de derechos de la población

6. Como reduciría la discriminación que generan los funcionarios públicos, especialmente policías, contra la población LGBT


Supongo que hay muchas más cosas que preguntar pero con estas me siento satisfecha, ahora quién les pregunta.
Enviado desde BlackBerry® de COMCEL S.A.

Se nos fue la mosca cojonera


"Nosotros, los que hoy nos estamos manifestando aquí y en todo el mundo, somos como aquella pequeña mosca que obstinadamente vuelve una vez y otra a clavar su aguijón en las partes sensibles de la bestia. Somos, en palabras populares, claras y rotundas para que mejor se entiendan, la mosca cojonera del poder." José Saramago


Hace un tiempo preparé una despedida para José Saramago pero el tiempo, las excusas y la vida no me permitieron terminarla y publicarla. Hoy que estoy revisando notas y poniendo al día mi blog, me reencuentro con este gran hombre y quiero publicar mi homenaje un año después de su muerte.

La ceguera no está en los ojos, sino en el alma. La ceguera blanca de Saramago me impactó desde el momento en que comencé a leerla, no era oscuridad, era el exceso de luz el que no permitía ver, era una ceguera lechosa, pesada, una ceguera inusual, la misma que tenemos en nuestros días, cuando nos negamos a ver las inequidades, la injusticia, la falta de solidaridad.

Saramago me causó admiración desde el principio, no sólo escribía de una forma poco convencional, dándose el lujo de eliminar los puntos y las mayúsculas, como en la Caverna, sino que se atrevía a cuestionar la base fundamental de la fe, como en el Evangelio según Jesús, o de la democracia como en Ensayo sobre la Lucidez, este último incluso alimentó mis sueños de participación política durante un largo tiempo.

Me causaba admiración también, el que hubiera comenzado a escribir tan viejo (espero no ser irrespetuosa), casi a los 54 años, y no puedo negar que eso me ánima a pensar que algún día podré dedicarme a escribir, así no sea para vivir de ello.

Pero eran sus posiciones políticas las que más me gustaban, siempre cuestionando, siempre preguntando, sin tragar entero, sin caer en fanatismos o en lambonerías o en amarillismo, este hombre profundamente demócrata pero crítico de la democracia, opino hasta el último de sus días y se comprometió con muchas causas que a veces parecían perdidas.

Su metáfora más clara fue la de las moscas cojoneras o más que clara, la que más claridad aportó a mi vida política, siempre pensamos que para enfrentarnos a los grandes poderes debemos ser igualmente poderosos y que como no lo somos debemos pasar de agache, aguantarnos o ignorar las injusticias, pero las moscas cojoneras no tienen problema en el tamaño de la bestia que molestan, una y otra vez regresan por su presa así ésta las pueda aplastar de un sólo golpe, hasta que finalmente la enloquecen y la tumban, ¿no podemos ser nosotros esas moscas cojoneras que no sueltan su presa? ¿no podemos insistir en tumbar a la bestia así seamos miserables moscas? ¿no podremos trabajar en grupo para lograrlo?

Gracias a él creo que si, que podemos tumbar los esquemas tradicionales que no nos permiten aprovechar el potencial de la solidaridad y la complejidad de nuestra sociedad para construir formas mejores de vivir, gracias a él creo que podemos cambiar el mundo, moldearlo, mejorarlo, adaptarlo, adecuarlo. Gracias a él creo que podemos usar nuestro poder de moscas cojoneras y picar y picar hasta que los cansemos.

Gracias Sr Saramago por ser una luz en un mundo de ciegos, gracias por mostrarnos que se puede pensar en un mundo de loros, gracias por creer que la Lucidez llega con las decisiones y no con los miedos, gracias por enseñarnos a ser jóvenes siempre.

Mañana es la única utopía
Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la
convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo
que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer
lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos
y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero
con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones
se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse
en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues
mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino
derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento.
José Saramago

domingo, 3 de julio de 2011

La medida de regulación de la venta de licor en Bogotá


Hace algunos días el columnista del Espectador, Nicolás Uribe cuestionaba la medida adoptaba por la Alcaldesa (d) Mayor; de restringir la venta de licor después de las 11 de la noche en establecimientos que no estén dispuestos para ello. Argumenta el columnista que es una medida absurda y que restringe derechos, a la vez que es inoperante por la falta de capacidad de las autoridades. También señala que es una medida de falta de gobernabilidad porque proponen prohibiciones y limitaciones de la libertad.

Estos argumentos parecen muy extraños para un ex congresista que tuvo entre sus mayores orgullos el ser ponente del proyecto de ley que sanciona a los portadores de la dosis mínima y que argumenta que tal sanción es necesaria, entre otras cosas, por razones de seguridad pública. No tuvo inconveniente el representante a la Cámara, en cambiar la Constitución para convertir un tema de salud pública en un problema de seguridad nacional pero si considera “inútil, absurdo y una limitación de la libertad” controlar la venta de licor como lo hacen la mayoría de ciudades importantes del mundo.

La explicación de esta aparente contradicción del columnista Uribe tal vez sea su diferenciación entre prohibición y penalización, cuando era Representante en su ponencia señalaba lo siguiente “Es preocupante que en los medios y en la opinión pública se estigmatice al Gobierno y a los parlamentarios que apoyan esta iniciativa como "PENALIZADORES" de la dosis mínima. Es preocupante porque en la realidad en ningún momento se está penalizando el consumo y porte de dosis mínima, si mucho y a lo sumo, se está prohibiendo el consumo y porte de estupefacientes. Una cosa es penalizar y otra cosa es prohibir. En Bogotá está prohibido el consumo de alcohol en lugares públicos, en la calle, pero en ningún caso tomar en la calle está penalizado. Similar posición adoptó el Gobierno Nacional con el Acto Legislativo de dosis personal, es decir la prohíbe pero no la penaliza”

Podría decirse lo mismo de la medida de regulación de la venta de licor, que no estigmatiza a los sectores populares como lo asegura el columnista, ni está señalando de delito el consumo de licor sino que busca regular una sustancia que de acuerdo con las estadísticas de Bogotá, en el año 2010 estuvo presente el 28% de los homicidios. No es extraño que la venta de licor se regule, de hecho, lo extraño es que no se haga, la mayoría de ciudades del mundo cuentan con licencias para la venta de licor que tienen, entre otras restricciones, que la personas estén calificadas para venderlo, para reconocer un cliente en riesgo (ya sea por intoxicación etílica, porque conduce un vehículo, etc.) y que tengan una póliza de responsabilidad civil en caso de que los clientes sufran algún accidente por haber consumido licor en ese establecimiento. En Colombia estamos muy lejos de esa regulación, pero al menos se puede regular quienes y a qué horas venden el licor, ¿qué es lo extraño y absurdo de esto?

Por otro lado, argumenta el columnista que la medida es absurda porque no hay manera de ponerla en práctica y nuevamente pareciera que ese argumento no corresponde a una persona que pide sancionar la dosis mínima a través de la privación de la libertad en sitios especiales para el tema, que no sean cárceles y que de paso les den un tratamiento terapéutico. Quizás vea más sencillo el señor Uribe, que un policía identifique a un drogadicto, lo separe de un vendedor de sustancias psicoactivas, lo lleve a un centro especializado que no existe y que de acuerdo con los recursos del Estado, no existirá pues la salud está en crisis, y garantice que le den un tratamiento. ¿Será que para esa medida si existen recursos de policía, de presupuesto y de personal?

Es claro que el columnista mide con una vara sus propias iniciativas de prohibición y con otra las que propone el Distrito, sin tener en cuenta que en Bogotá la medida ya se aplicó en el año 2009 y fue efectiva durante 6 meses y pudo ser demostrada su efectividad en las cifras de riñas, lesiones personales y hurto a personas, quizás sería importante que se hiciera un debate serio sobre la regulación de la venta de licor en el país, pues este siempre ha estado mediado por los intereses de la industria y nunca ha tenido un análisis sobre sus consecuencias y su manejo, la única aproximación al tema fue el Decreto 120 de 2010 del Ministerio de Protección Social, que desafortunadamente sigue sin ser aplicado y que de acuerdo con el señor Uribe debe ser igual de absurdo e inútil.

lunes, 27 de junio de 2011

La marcha de la ciudadanía LGBT

Por sexto año consecutivo asistí a la marcha de la ciudadanía LGBT, es la forma más visible de mi activismo y por eso no dejo de hacerlo cada año. Esta vez el recorrido era más corto así que pensé que sería más rápida o que terminaríamos más temprano en la plaza de Bolívar, esta vez no quise marchar con ningún grupo así que llegue al Museo Nacional y me ubique al lado del Toque Lésbico que siempre tiene un buen ambiente.

Al llegar al Museo vi más de 200 policías recibiendo instrucción y pensé en lo bueno que era contar con ellos, pero más adelante escuche a alguien decirle a una organización que no se ubicara al frente de la puerta del Museo porque le daba mala imagen, me sorprendió, a la vez que me disgustó, como era posible que entre nosotros mismos creyéramos que le damos "mala imagen" a algo, seguí mi camino y llegue a la séptima donde estaban todos los grupos esperando que arrancará la marcha y busqué a las mujeres de la batucada, del Toque Lésbico, estaban súper elegantes con corbatas de colores y sombreros negros, poniendo con sus tambores, el toque alegre a una espera que al parecer se estaba haciendo molesta.

Mi primera sorpresa fue ver el desorden, nadie ubicaba los grupos, todos estaban amontonados, unos se empujaban a otros y eso parecía más una fila para hacer un reclamo que la salida tradicional de la marcha. Recuerdo que en los años anteriores los organizadores de la marcha pasaban una y otra vez ubicando los grupos en el orden que se había definido, adelante las organizaciones de activistas, atrás los grupos políticos, luego las instituciones públicas y por último las carrozas. Debo admitir que me parecía odioso que nos organizarán de esa forma, siempre pensé si es una marcha para que tanta sicorigidez, pero al ver el arranque ayer extrañe las ordenes y las instrucciones que daban los organizadores.

Después de mucho esperar, porque la marcha no salió a las 2:00 pm como lo hace siempre sino casi una hora tarde, la marcha arrancó, me preocupe cuando no vi la logística que todos los años se ubica a lado y lado de la calle y evita que los "mirones" se metan en la marcha y la perturben, algunos años esta labor la hizo Misión Bogotá con sus auxiliares sosteniendo una cinta de seguridad que separaba a los caminantes de los observadores, otros años lo hizo una empresa de logística particular e incluso recuerdo un año en que el mismo ESMAD se ubico al lado de la calle abriendo paso a la marcha, fue muy raro pero ocurrió.

Este año en cambio, la gente se metía a la marcha y sin ningún respeto detenían el paso para "exigir" (que no pedir) fotos con los que caminaban, el tema llegó a ponerse tan complicado que muchos agarraban del brazo a los de la marcha y los obligaban a parar. La situación se puso tan crítica que a la altura de la calle 26 los observadores se tomaron las calles (casi 5 cuadras) y no dejaron avanzar la marcha por más de media hora.

Algunos caminantes desesperados se tomaron la organización por su cuenta y con megáfono en mano comenzaron a despejar la vía en un intento desesperado por avanzar, otros, como fue mi caso, armamos un cordón de seguridad humano alrededor del grupo que marchaba y a medida que avanzábamos íbamos retirando las personas que miraban y que gritaban cosas. 

En un momento, las mujeres de la batucada tuvieron que detener su música pues algunas personas les tiraban agua, les impedían el paso mientras bailaban en frente de ellas o simplemente intentaban tocar los tambores, así que tuvimos que cerrar más la cadena humana de amigos y amigas de las músicas y asumir el papel de los logísticos, la tarea fue muy dura y me hizo admirar a esos pobres muchachos que en eventos, conciertos y marchas tratan de mantener la gente calmada con la única arma que tienen, su cuerpo.

A medida que lográbamos avanzar veía en el camino a los auxiliares de policía, a los patrulleros, a los carabineros, a la policía de tránsito y pensaba "por qué ellos no están haciendo esta labor" a más de uno le pedí que nos colaborara con la gente y su respuesta fue una mirada indiferente o el voltear la cara, algunos incluso estaban tomando fotos en lugar de ayudar a organizar el desorden.

No fueron los únicos que sólo estaban para mirar, los muchachos de Misión Bogotá estaban parados a lado de la calle mirando pasar la marcha y sin moverse un milímetro, a varios les dijimos que ayudaran a correr la gente y su respuesta fue "a mi me dijeron que me quedará aquí" por lo visto no tenían ni idea para qué.

En el colmo del desespero hablamos con los gestores de convivencia de la Secretaria de Gobierno y uno de ellos me explicó "la Mesa LGBT no quiso ayuda este año con la marcha por eso sólo estamos de observadores" curiosa decisión, puesto que la marcha no es un problema de la Mesa LGBT sino de la ciudad y si se presenta algún incidente no es la Mesa quien le responderá a la ciudad sino la Administración Distrital.

Después de más de dos horas finalmente llegamos a la Plaza de Bolívar, por fin vi a los organizadores de la marcha, estaban muy ocupados hablando en la tarima, supongo que desde allí estaban coordinando, aunque me pregunto si alguna vez se enteraron del desorden y la angustia que se vivió en el recorrido.

No vi ambulancia y ni la tradicional carpa del PMU por ningún lado, es probable que estuviera en otra parte pero esta marcha me dejó un sabor agridulce y una profunda nostalgia por los organizadores de antaño, aquellos a quienes ahora llaman "dinosaurios" Germán Humberto Rincón, Elizabeth Castillo, Diana Navarro y seguramente muchos más que se me escapan, y que yo veía corriendo de un lado al otro de la marcha informando lo que pasaba, organizando el recorrido, informando a las autoridades, exigiendo el apoyo, manejando el público, yo nunca hice parte de los organizadores, siempre he sido una "usuaria" de la marcha por decirlo así, pero ayer dimensioné el tamaño de la tarea que se echaban sobre sus hombros estos líderes de años anteriores.

Ojala la experiencia de ayer sirva para hacer una autocrítica y recoger la experiencia de los otros años para no inventarse la rueda otra vez y correr el riesgo de que el evento más importante y significativo de la comunidad LGBT se deteriore y pierda su esencia.

Marcha LGBT año 2005. Observese como Misión Bogotá
tiene un cordón de seguridad y los observadores se mantienen en el anden

Marcha LGBT año 2006, una empresa de logística se encarga
del cordón de seguridad

Marcha LGBT, año 2007, empresa de logística hace cordón de seguridad
Marcha LGBT año 2009. Nuevamente logística
hace cordón de seguridad
Marcha LGBT 2011

lunes, 28 de marzo de 2011

Bitacora de viaje II

EL COMIENZO DEL VIAJE

Luego de mi nombramiento, antes de mi posesión el 19 de abril, hubo una avalancha de periodistas que querían saber cómo era eso de ser lesbiana y ser nombrada alcaldesa, el Espectador y el Tiempo sacaron artículos principales en edición del domingo, periódicos locales me llamaron, canales de TV querían hablar conmigo, me sentía una estrella de rock.

El morbo y la doble moral hicieron que el nombramiento de una alcaldesa abiertamente homosexual se convirtiera en noticia nacional, no entendí el gran peso que eso tendría en mi trabajo hasta un tiempo después, pero en ese momento sólo estaba disfrutando de mis 15 minutos de fama.

La visibilidad de mi orientación sexual me hacían sentir que mi nombramiento era un triunfo del activismo y del trabajo de muchos hombres y mujeres, por eso agradecí su apoyo en una carta pública enviada a todas las listas de activistas, también esto cambiaría con el tiempo en un aprendizaje que espero poder compartir algún día. 

La posesión fue un momento emocionante, la Plaza de Bolívar estaba repleta y atrás una bandera LGBT ondeaba orgullosa, la misma que nos acompañó en las marchas, la que nos acompañó en las protestas y lastimosamente, la misma bandera que acompañaría después el ataúd de mi amigo Sebastian Romero, como cerrando el círculo de un sueño que construimos juntos. 

La bandera que me representa
Durante la posesión varios amigos, amigas y activistas aplaudían que una mujer lesbiana pudiera ejercer un cargo público sin esconderse en el clóset. Al momento de firmar mi resolución de posesión alce la mano donde tenía la manilla multicolor, y la mostré a todos, en ese momento el alcalde me tomó del brazo y cómo si estuviera levantando un trofeo, sostuvo mi mano. !!Lo habíamos logrado¡¡ años de activismo habían dado su fruto. Por qué desperdiciaríamos tanto esfuerzo.

"Maricas del mundo.... a la izquierda!!"

Mi familia me acompañó a este evento, con el orgullo que sólo el amor puede dar, mi mamá respondía preguntas de los periodistas y yo cometí el primer error de mi alcaldía, darles mi celular a los periodistas, después de eso me llamaban a cualquier hora y sin ningún reparo, así que si tienen la oportunidad consigan un jefe de prensa y siempre den el teléfono de él.

Pasada la euforia del nombramiento, la posesión, las fiestas de celebración, las felicitaciones, las entrevistas y demás, comenzó el trabajo de verdad. Todo el estudio, la preparación, los libros, las normas y los códigos no te preparan para lo que comenzó en la semana de inducción; me sentía en un remolino, en una tormenta, cada dato, cada documento, cada nueva tarea que me explicaban me hacían ver la magnitud del cargo que había asumido, a partir de ese momento entendí la cara de alegría de mi antecesora, Angélica Lozano, cuando me entregó el cargo, claramente se había quitado un bulto de encima.

Angélica ¿de qué te ríes??
Las primeras semanas vi cientos de papeles y me resistí a firmar muchos de ellos por temor a equivocarme, sentía que era muy difícil, que necesitaba más tiempo, la primera vez que me pasaron una cuenta de cobro por mil millones de pesos para autorizar un pago, sentí que me iba a desmayar, !mil millones de pesos¡. Un dato que la mayoría de gente no sabe es que los alcaldes locales no pueden definir su equipo de trabajo, éste es asignado por la Secretaría de Gobierno y en su mayoría son funcionarios de planta con muchos años de experiencia, pero también que se las saben todas, al no llevar a mi propio equipo tenía que conocer primero a cada uno de los funcionarios y entender lo que hacían, al tiempo que establecía cuales querían trabajar conmigo y cuales no. Esa fue mi primera experiencia de discriminación, algunos funcionarios hacían comentarios sobre mi orientación sexual y algunos pidieron traslado para no tener que trabajar con una mujer lesbiana, eso también se transformó con el tiempo.

Fueron momentos muy agitados, visité cada barrio, cada zona, cada junta de acción comunal, cada organización, subí a la Vereda, conocí a los campesinos chapinerunos y de paso disfrute de los paisajes de nuestra zona rural. Ese arranque tan maratónico me sirvió para todo lo que vendría después, pero eso será motivo de otra historia