En los últimos dos años he tenido poca inspiración para escribir este blog, no porque no haya pasado nada en mi vida sino más bien porque ha pasado tanto que me abrumaron los hechos, los sentimientos y la realidad.
He intentado un par de veces escribir cosas, muy distantes y muy técnicas, para no involucrar unos sentimientos que estaban en confusión.
El contexto tampoco ayuda mucho, Bogotá ha estado en constante disputa de poder, entre un gobierno polémico y una oposición poco propositiva y muy manchada por los escándalos de corrupción. Eso genera constantes crisis que deben ser enfrentadas y cuando por fin parece que llega la calma, una nueva tormenta llega.
El país también está en convulsión, paros, protestas, proceso de paz, expresidente al senado, parapolítica, en fin, de todo como en botica.
¿Cómo tener paz y calma para escribir, en medio de una confusión personal que se funde en una confusión de la ciudad y una confusión del país?
Pues no encontré la respuesta durante dos años, tal vez no la busqué mucho, pero ahora siento que es el momento de intentar retomar la escritura y de paso darme el permiso para opinar, señalar y proponer.
Al fin y al cabo este blog se llama echando cuentos, así que empezaré a echar cuentos de vida, de sueños, de ciudad, de país, a ver si logró organizar las ideas y ponerlas en el "papel" electrónico.
Es probable que unas salgan bien y otras salgan mal, no interesa, al fin y al cabo, buscar la permanente aprobación de los demás sólo te lleva a guardar silencio y no es bueno guardarse opiniones que tal vez necesitan salir.
Cómo una forma sistemática de lograr que salgan los escritos, he decidido ponerme "la tarea" de escribir al menos una vez por semana, o más si lo logro, no importa si sale un párrafo o 20, es retomar la práctica de echar un cuento.
Ojalá disfruten este regreso, pero si no es tan divertido, ojalá al menos les sirva para conocer un poco de lo que pienso, sueño y propongo.
He intentado un par de veces escribir cosas, muy distantes y muy técnicas, para no involucrar unos sentimientos que estaban en confusión.
El contexto tampoco ayuda mucho, Bogotá ha estado en constante disputa de poder, entre un gobierno polémico y una oposición poco propositiva y muy manchada por los escándalos de corrupción. Eso genera constantes crisis que deben ser enfrentadas y cuando por fin parece que llega la calma, una nueva tormenta llega.
El país también está en convulsión, paros, protestas, proceso de paz, expresidente al senado, parapolítica, en fin, de todo como en botica.
¿Cómo tener paz y calma para escribir, en medio de una confusión personal que se funde en una confusión de la ciudad y una confusión del país?
Pues no encontré la respuesta durante dos años, tal vez no la busqué mucho, pero ahora siento que es el momento de intentar retomar la escritura y de paso darme el permiso para opinar, señalar y proponer.
Al fin y al cabo este blog se llama echando cuentos, así que empezaré a echar cuentos de vida, de sueños, de ciudad, de país, a ver si logró organizar las ideas y ponerlas en el "papel" electrónico.
Es probable que unas salgan bien y otras salgan mal, no interesa, al fin y al cabo, buscar la permanente aprobación de los demás sólo te lleva a guardar silencio y no es bueno guardarse opiniones que tal vez necesitan salir.
Cómo una forma sistemática de lograr que salgan los escritos, he decidido ponerme "la tarea" de escribir al menos una vez por semana, o más si lo logro, no importa si sale un párrafo o 20, es retomar la práctica de echar un cuento.
Ojalá disfruten este regreso, pero si no es tan divertido, ojalá al menos les sirva para conocer un poco de lo que pienso, sueño y propongo.
1 comentario:
El escribir al igual que otras actividades sirven de canal para hacer catarsis de las emociones que generan las situaciones que nos tocan. Gracias por compartir pensamientos y emociones.
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