lunes, 28 de marzo de 2011

Bitacora de viaje II

EL COMIENZO DEL VIAJE

Luego de mi nombramiento, antes de mi posesión el 19 de abril, hubo una avalancha de periodistas que querían saber cómo era eso de ser lesbiana y ser nombrada alcaldesa, el Espectador y el Tiempo sacaron artículos principales en edición del domingo, periódicos locales me llamaron, canales de TV querían hablar conmigo, me sentía una estrella de rock.

El morbo y la doble moral hicieron que el nombramiento de una alcaldesa abiertamente homosexual se convirtiera en noticia nacional, no entendí el gran peso que eso tendría en mi trabajo hasta un tiempo después, pero en ese momento sólo estaba disfrutando de mis 15 minutos de fama.

La visibilidad de mi orientación sexual me hacían sentir que mi nombramiento era un triunfo del activismo y del trabajo de muchos hombres y mujeres, por eso agradecí su apoyo en una carta pública enviada a todas las listas de activistas, también esto cambiaría con el tiempo en un aprendizaje que espero poder compartir algún día. 

La posesión fue un momento emocionante, la Plaza de Bolívar estaba repleta y atrás una bandera LGBT ondeaba orgullosa, la misma que nos acompañó en las marchas, la que nos acompañó en las protestas y lastimosamente, la misma bandera que acompañaría después el ataúd de mi amigo Sebastian Romero, como cerrando el círculo de un sueño que construimos juntos. 

La bandera que me representa
Durante la posesión varios amigos, amigas y activistas aplaudían que una mujer lesbiana pudiera ejercer un cargo público sin esconderse en el clóset. Al momento de firmar mi resolución de posesión alce la mano donde tenía la manilla multicolor, y la mostré a todos, en ese momento el alcalde me tomó del brazo y cómo si estuviera levantando un trofeo, sostuvo mi mano. !!Lo habíamos logrado¡¡ años de activismo habían dado su fruto. Por qué desperdiciaríamos tanto esfuerzo.

"Maricas del mundo.... a la izquierda!!"

Mi familia me acompañó a este evento, con el orgullo que sólo el amor puede dar, mi mamá respondía preguntas de los periodistas y yo cometí el primer error de mi alcaldía, darles mi celular a los periodistas, después de eso me llamaban a cualquier hora y sin ningún reparo, así que si tienen la oportunidad consigan un jefe de prensa y siempre den el teléfono de él.

Pasada la euforia del nombramiento, la posesión, las fiestas de celebración, las felicitaciones, las entrevistas y demás, comenzó el trabajo de verdad. Todo el estudio, la preparación, los libros, las normas y los códigos no te preparan para lo que comenzó en la semana de inducción; me sentía en un remolino, en una tormenta, cada dato, cada documento, cada nueva tarea que me explicaban me hacían ver la magnitud del cargo que había asumido, a partir de ese momento entendí la cara de alegría de mi antecesora, Angélica Lozano, cuando me entregó el cargo, claramente se había quitado un bulto de encima.

Angélica ¿de qué te ríes??
Las primeras semanas vi cientos de papeles y me resistí a firmar muchos de ellos por temor a equivocarme, sentía que era muy difícil, que necesitaba más tiempo, la primera vez que me pasaron una cuenta de cobro por mil millones de pesos para autorizar un pago, sentí que me iba a desmayar, !mil millones de pesos¡. Un dato que la mayoría de gente no sabe es que los alcaldes locales no pueden definir su equipo de trabajo, éste es asignado por la Secretaría de Gobierno y en su mayoría son funcionarios de planta con muchos años de experiencia, pero también que se las saben todas, al no llevar a mi propio equipo tenía que conocer primero a cada uno de los funcionarios y entender lo que hacían, al tiempo que establecía cuales querían trabajar conmigo y cuales no. Esa fue mi primera experiencia de discriminación, algunos funcionarios hacían comentarios sobre mi orientación sexual y algunos pidieron traslado para no tener que trabajar con una mujer lesbiana, eso también se transformó con el tiempo.

Fueron momentos muy agitados, visité cada barrio, cada zona, cada junta de acción comunal, cada organización, subí a la Vereda, conocí a los campesinos chapinerunos y de paso disfrute de los paisajes de nuestra zona rural. Ese arranque tan maratónico me sirvió para todo lo que vendría después, pero eso será motivo de otra historia

sábado, 19 de marzo de 2011

Bitacora de un viaje

Luego de casi tres años al frente de la alcaldía de Chapinero, creo que es importante contar la historia de lo que ha significado estar en este cargo y sobre todo aportar aprendizajes que quizás puedan servirles a otras personas que algún día se animen a estar aquí. Por eso, a partir de esta semana contare mi experiencia en un cargo público, las cosas que he aprendido, los errores que he cometido y también los aciertos. Con mucha sinceridad quiero compartirles la bitácora de este viaje que inició el 19 de abril del 2008 y que ha significado un cambio importante en mi vida, en mis creencias, incluso en mi forma de ver la política.

Espero disfruten de este pequeño relato de viaje, una viaje a Ítaca tal vez, o a la isla misteriosa, un viaje a través de la realidad contrastada con los sueños, bienvenidos y bienvenidas a viajar conmigo.

LOS PREPARATIVOS DEL VIAJE
Mucha gente no sabe como terminé como Alcaldesa local de Chapinero, los que me conocen jamás me escucharon decir que quería este cargo y los que no me conocen creen que lo busque toda mi vida. La verdad es que este cargo llegó luego de muchos años de trabajo en activismo y política. 

Todo comenzó en 1999 cuando un grupo de jóvenes quería hacer política distinta, con sueños, anhelos y mucha ingenuidad y creamos un colectivo llamado COMPATRIANDO que se la jugaba por un país socialmente competente y unas prácticas democráticas atravesadas por la limpieza comunicativa. 

Horas de tertulias, reuniones, debates, discusiones, encuentros con políticos tradicionales y otros no tanto, fueron conformando nuestro primer experimento de participación política y con mucha energía nos lanzamos a campañas, yo fui candidata a edilesa de Barrios Unidos, donde vivía con mi mamá, y otros amigos fueron candidatos al concejo en otras ciudades del país. Perdimos (un poco abrumadoramente) pues no sabíamos lo difícil que era lograr convencer a alguien de que vote por ti, lograr que una persona te delegue su confianza y te de la autoridad para decidir por ella, es más difícil que vender mercancía, acá no ofreces nada concreto, tan solo tu promesa de que harás muchas cosas que podrán servirle en un futuro… pero nadie compra algo tan raro.

Después de ese experimento nos acercamos a otras propuestas políticas “de grandes”, Partido del Socialismo Democrático, Lucho Garzón y finalmente Polo Democrático Independiente. Fui parte de las y los fundadores de este experimento de izquierda y no me arrepiento, aunque debo admitir que no salió como esperábamos y que faltó grandeza.

Paralelo a esta experiencia política del tercer tipo, un conflicto emocional se iniciaba en mí, años de ocultar mi orientación sexual terminaron por explotar y me hicieron acercar a grupos y activistas que luchaban por los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgeneristas. Planeta paz, Piedad Córdoba, proyecto de ley de parejas, Mesa LGBT de Bogotá, Colombia Diversa y tertulias gatos pardos fueron algunos de los espacios en los que trabaje a favor del sector LGBT y en busca de entender mis propias dudas.
En un punto de la vida los dos experimentos, el político y el activista, se cruzaron, primero fue Piedad Córdoba que estaba apoyando un proyecto de ley de parejas del mismo sexo y que se lanzaba para el Senado, ella invitó a algunos activistas a hacer campaña conjunta, Edgar Robles, Germán Rincón, y como yo los conocía los apoye en esas campañas. Fue interesante, hablar con la gente, convencerla de que era importante votar por una persona gay que apoyará nuestros proyectos, entregar volantes en los bares e incluso aceptar desplantes de personas que nos decían que la política era una porquería.

Piedad Córdoba ganó pero los activistas perdieron y en ese proceso ellos terminaron disgustados con Piedad y yo termine distanciada de la política por un tiempo. Pero al parecer ese es un bicho que pica fuerte y no te deja y luego nuevamente estaba haciéndole campaña a Germán Rincón al Concejo de Bogotá. Esta vez fue diferente porque el candidato no quería participar, así que la campaña fue débil y fría y por supuesto, como diría Les Luthier "perdimos otra vez".

Uno debería quedar curado de querer participar en política después de una campaña, jornadas agotadoras de entrega de volantes en los bares hasta las 3 de la mañana, hablar con mucha gente para convencerlos, conseguir plata para la publicidad, hacer reuniones, enviar correos electrónicos, promover eventos y todo esto en tus jornadas de tiempo libre porque tienes que seguir trabajando, pero parece que no te curas.

Yo trabajaba en esa época en una organización internacional llamada ACNUR, que es una agencia de Naciones Unidas que trata el tema del desplazamiento. Gracias a ese trabajo pude conocer muchas regiones del país que ni siquiera imaginaba, Magdalena Medio, Putumayo, Tumaco y sur del Pacífico, Montes de María, en fin, esas regiones que no se mencionan en las noticias pero donde se vive la realidad del conflicto armado en el país. Al participar en política siempre he pensado que desde allí se pueden cambiar esas realidades, la realidad del conflicto, la realidad de la miseria y la pobreza que se vive en muchas zonas del país y la realidad de lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas que somos discriminados, por eso participo en política, para que no decidan por mí.

Una vez terminada la campaña al concejo, seguí trabajando en el activismo con unas tertulias mensuales llamadas Gatos Pardos en las que se presentaban investigaciones LGBT, fue un espacio bonito y durante un tiempo me pareció que era lo único que debía hacer, se presentaban jóvenes que habían terminado su universidad y que habían hecho tesis o trabajos de grado relacionados con el tema, en esa época (año 2004) estas investigaciones eran escasas y los espacios donde presentarlas lo eran aún más. Por eso lo disfrute tanto, tuvimos temas de psicología, publicidad, historia, geografía, todo un recorrido por el tema LGBT, pero nuevamente el bicho de la política me picó, esta vez en forma de una amiga, Angélica Lozano.

Angélica era del comité ejecutivo nacional del Polo Democrático Independiente y junto con Daniel Garcia Peña habían propuesto una formula de cuotas de participación para el congreso fundacional del partido. Era un sistema de cuotas novedoso porque incluía un 30% para mujeres, un 20% para jóvenes y un 10% para minorías, es decir, el 60% de los cupos para el congreso se destinaban a los tradicionalmente excluidos, en realidad fue impactante. Dentro de las minorías se habían incluido a los indígenas, a los afros y a las personas LGBT, que era otra novedad no sólo en el partido y en el país sino en toda latinoamerica, pero la dificultad era encontrar lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas que quisieran ser públicos, hacer parte de un partido político como el Polo, hacer campaña para ir al congreso y además asistir a ese congreso a tomar decisiones, demasiados requisitos juntos.

A pesar del esfuerzo, Angélica no encontró personas que quisieran meterse a esa campaña y entonces me llamó a mí. Me tomó por sorpresa la propuesta, hacer parte del sector LGBT del Polo, hacer campaña, etc. y además conseguir otras personas que quisieran hacer lo mismo, porque si no se llenaba el cupo pues era muy probable que cambiaran las reglas y se perdiera.el espacio. Use este último argumento y llame a todos los amigos y amigas y a todas aquellas personas que había conocido en las tertulias y les dí una señal de urgencia "si no vamos a ese congreso se perderán los cupos para las personas LGBT y seguramente perderemos la oportunidad de que el sector se visibilice" El llamado de urgencia funcionó y 8 personas aceptaron asistir, así que junto con otros tres que Angélica ya había conseguido, fuimos 11 personas LGBT las que nos inscribimos a las elecciones internas para el congreso fundacional del Polo Democrático Independiente, eramos como agujas en un inmenso pajar, porque en total se inscribieron más de 10.000 personas de todo el país de las cuales eran elegidas 1.500, eramos pequeños David contra lo que parecían inmensos Goliat.

Esa fue la oportunidad de trabajar con Sebastian Romero, a quien ya conocía de hacía algún tiempo, y fue la oportunidad de construir una amistad muy bonita. Mi entrañable Sebastian al que quería mucho, me mostró en esa ocasión y en muchas otras, la pasión, la entrega y el compromiso con el que se lanzaba a sus causas, me enseñó a volver divertidas las cosas más aburridas y a ver la sociedad como un todo, como un sistema, me enseñó de autores y libros, de biología, de filosofía, esa fue la oportunidad para encontrar un amigo por el cual le doy gracias al universo y cuya ausencia sentiré toda la vida.

Los 11 mosqueteros, nos fuimos muy convencidos a hacer campaña, sin embargo, lograr votos no es fácil y en el camino perdimos a dos miembros y luego en las elecciones otros dos perdieron, al final 7 personas LGBT de Bogotá fuimos al congreso. Ese escenario no era muy conocido y miles de personas vieron a dos parejas homosexuales tomadas de la mano por todo CORFERIAS con mucha sorpresa y algo de temor, fue un gran momento de visibilización y sensibilización, sindicalistas, obreros, campesinos, lideres de izquierda de todo el país, miraban con sorpresa como un grupo de "maricas" hacían parte de "su" partido.

En ese lugar conocimos a otros miembros del sector LGBT, venían de Medellín. Robinson Sanchez, David Ramirez y Luis Bernardo Rosado fueron elegidos en esa ciudad por el sector LGBT, al congreso, lastimosamente el primer encuentro no fue muy amable y los compañeros paisas decidieron que no eramos sus aliados sino sus competidores y preocupados por los cargos directivos iniciaron una pelea por saber quien sería el delegado a la dirección nacional a nombre del sector LGBT. Dicen que la primera impresión es la que queda, lástima que la primera impresión de estos compañeros haya sido tan conflictiva, sin embargo, después de largas jornadas de discusión llegamos a unos acuerdos y tres personas del sector llegaron a la dirección del partido.

El Congreso Nacional fue la oportunidad de construir una propuesta política LGBT, pero aún no tenía nombre, sólo nos presentamos como sector y algunos nos llamaban los "maricas" del Polo, los rosados, por eso, días después, bautizamos nuestro experimento como el Polo de Rosa, una propuesta LGBT de hacer política, con una mirada compleja, con una apuesta solidaria y una búsqueda de la diversidad.

Fue a partir del Polo de Rosa que comencé a ocupar cargos en el Polo Democrático, primero en el comité de ética y luego en la Dirección Nacional, al llegar las elecciones del 2007 teníamos claro que este grupo debía participar y tener su propio representante en un cargo de elección popular, así que lanzamos a Sebastian Romero a la Junta Administradora Local de Chapinero, fue una campaña difícil porque la gente no nos conocía y tuvimos que caminar mucho entregando publicidad, hablando con la gente, contando nuestra propuesta, convenciendo de nuestro trabajo. Al final logramos 1.060 votos que garantizaron la curul de Sebastian, el primer edil abiertamente gay de Colombia (meses después la Revista Cambio lo llamó el Milk colombiano por esa elección)

Este primer triunfo nos dio la fuerza para seguir buscando nuevas alternativas y fue así como pensamos en que alguien cercano a nuestro grupo ocupara la Alcaldía Local de Chapinero, pensamos en varias personas. 
Al comienzo yo no estaba interesada y creía que no era el momento para hacerlo, pero una serie de sucesos inesperados me llevaron a tomar la decisión. Mientras buscábamos un candidato o candidata para apoyar en la alcaldía, comenzaron a circular una serie de rumores sobre candidatos conservadores que querían ser nombrados en Chapinero para retroceder en el tema LGBT, personas que planteaban cerrar el Centro Comunitario, controlar los bares LGBT y "volver a los valores".

Ese panorama nos preocupó bastante y un grupo de personas me propuso presentarme al concurso de la alcaldía local de Chapinero para evitar que el avance conservador llegará a Chapinero, no fue fácil tomar la decisión, no estaba en mis planes y nunca había trabajado en el sector público, pero mi activismo y el deseo de lograr que Chapinero siguiera siendo una localidad diversa me convencieron.

Después de inscribirme estuve dos meses estudiando sobre normas, decretos, acuerdos, historia y organización de Chapinero. Aprendí los barrios, las UPZ, sus problemas, sus virtudes; estudie sobre código de policía, estructura del Distrito, funciones locales, etc. Fueron los meses más encerrados y consagrados de los últimos tiempos y claramente tenía el objetivo de pasar el examen de selección.

La mañana del 16 de marzo del 2008, 49 personas nos presentamos en la Universidad Distrital a presentar el examen de conocimientos y aptitudes para aspirar al cargo de alcalde o alcaldesa local de Chapinero. Eran las 6:30 de la mañana y el frío nos hacía temblar, disimulando los nervios, varios aspirantes llegaron tranquilos y confiados y otros, como yo, nerviosos y ansiosos. A las 7:00 a.m. nos permitieron el ingreso a los salones y nos sentaron de acuerdo a nuestros apellidos, lapices listos, borradores en su sitio, tajalapiz preparado, comienza la prueba.

Durante 90 minutos todos y todas estuvimos concentrados en nuestras preguntas, la mayoría eran normativas y los abogados parecían tener ventajas, algunas preguntas de racionamiento abstracto me hicieron sentir cómoda pero otras de organización del Distrito me hicieron dudar. Al final, entregue mi examen completamente lleno, como le enseñan en el ICFES, y comenzó el sufrimiento por los resultados. Al salir algunos compañeros compartían sus respuestas, yo prefería callar, "era la b, porque el Distrito funciona así" "no, era la c, porque funciona asa" yo sólo escuchaba y callaba, lo mejor era esperar.

La espera se hizo larga, aunque sólo transcurrieron 4 días, la sensación fueron siglos, a las 7:30 de la noche Sebastian Romero llamó a mi casa y me dijo "pasaste, de los nervios yo no escuchaba bien, así que le dije "¿que no pasé?" y el repitió "pasaste, pasaste, sólo 7 personas pasaron en Chapinero"

Yo no podía creerlo, era el primer paso es cierto, pero había logrado la primera parte. Como en una competencia de American Idol, había logrado pasar las eliminatorias, ahora tocaba llegar a la final. Luego del examen tuve que pasar un proceso un poco surrealista, por un lado una audiencia pública para presentar mis propuestas, aunque la comunidad en realidad no puede opinar mucho; un proceso de votación de los ediles en el cual elegían tres finalistas (al menos iba a ser primera princesa jeje) y una entrevista con el Alcalde Mayor, la Secretaria de Gobierno y un cura, sí, oigase bien, un cura; en realidad era el Padre Alirio, responsable del programa Goles en Paz, pero siendo una activista LGBT no me simpatizaba mucho que la decisión estuviera en manos de la iglesia.

Todo fue lográndose paso a paso, como en cámara lenta veo uno a uno los momentos que sufrí y gocé, veo a la JAL votando, veo al Alcalde haciendo preguntas y yo contestando muy asustada pero segura de saber la respuesta y veo un momento en que en el noticiero de la noche, en el "1, 2, 3" dijeron "tenemos los nombres de los alcaldes locales" y fueron diciendo localidad por localidad y al mencionar a Chapinero dijeron "Blanca Durán"

Se supone que debía estar feliz, pero algo me decía que no era momento de celebrar, era sólo un rumor y en la puerta del horno se quema el pan, así que decidí actuar con prudencia, sin afanes, al fin y al cabo ya había esperado lo más. Supe que uno de los candidato que fue nombrado en el noticiero salió de inmediato a decirle a todos sus vecinos que era el nuevo alcalde y recuerdo que cuando finalmente la Alcaldía Mayor llamó a los seleccionados él no estaba entre ellos, mi instinto había actuado bien, era mejor ser prudente.

Y por fin sucedió, una llamada en la segunda semana de abril del 2008 me confirmó que había sido nombrada como Alcaldesa Local de Chapinero, no sólo había logrado la corona de primera princesa, me había llevado el título real... pero la dicha no me duraría mucho, pero eso será motivo de otra historia.




sábado, 12 de marzo de 2011

Mis abismos y tu mano

Conocí la Quebrada las Delicias gracias a mi amigo Sebastian, siempre me ha gustado caminar pero debo confesar que me daba miedo subir a esa zona, el intercambiador de la 63, ese elefante blanco e inútil que construyeron en su ronda, lo hizo un lugar sórdido y pocas veces me imagine que si subía un poco más podría encontrar un lugar hermosisimo lleno de cascadas y de agua cristalina.

El camino no es fácil, pero tampoco requiere un esfuerzo muy grande, un sendero de piedras y vegetación, muy poca nativa lastimosamente, muchos eucaliptos, pero llena de vida y diversidad, eso era lo que más amaba él, la vida, la diversidad. Cuando subí por primera vez tuve que cruzar un pequeño camino estrecho que daba a un vacío, a un pequeño precipicio, no era muy alto debo admitirlo, pero mi miedo a las alturas estuvo a punto de paralizarme y me costaba dar otro paso, Sebastían me dio su mano y con toda tranquilidad me ayudo a pasar, me daba seguridad que él me apoyara, me daba tranquilidad saber que estaba allí. Conocí la Quebrada y supe que él tenía razón, que teníamos que protegerla y en cuanto pudimos hicimos un proyecto para recuperarla, pero no logramos ver sus resultados juntos, no logramos disfrutarlos.

Hoy volví a ese hermoso lugar, el agua caía abundantemente y el sol brillaba en medio de sus gotas, las cascadas parecían gritar, parecían saber la razón por la cual estábamos allí, las cascadas sintieron nuestro dolor y lloraron con nosotros.

Hoy volví y camine por esos senderos, por el camino estrecho que tanto miedo me da y no tuve a Sebas para que me diera la mano, no tuve su apoyo para vencer mis miedos, tuve que cruzar sola, aunque estaba acompañada de más personas, pero mi corazón sintió el vacío de su ausencia.

Subimos con un propósito, llevar las cenizas de Sebastian a ese lugar hermoso que tanto amó y protegió, subimos en peregrinación, observando cada sitio como un lugar sagrado, cuando llegamos a las cascadas supimos que era el mejor lugar para que él se quedará para siempre, mezclado con la tierra, con el agua, con los árboles. Un árbol nativo fue el sitio escogido, un árbol pequeño pero firme, aferrado a la tierra y a la vida, como era Sebastian.

Cuando vi que sus cenizas se regaban en la tierra no pude evitar llorar, ya no eras más cuerpo, ahora era sólo espíritu, un espíritu que tomará el agua de esa cascada que hoy gritaba con fuerza y nos bañaba con un rocío frío y tierno a la vez.

Llore mientras pensaba en la falta que me va a hacer que me de su mano y me brinde confianza, mientras recordaba su sonrisa, su vitalidad, su vigor, mientras pensaba en los proyectos que no pudo concluir y que eran nuestros sueños compartidos. Llore porque en medio de tanta vida, nosotros ibamos a hacer una conmemoración a una muerte, a su muerte.

Mi corazón sabe, en lo profundo, que hay que continuar, que necesitamos proteger la vida, la diversidad, que sus proyectos son los míos, que compartimos los sueños y debo ir en pos de ellos, pero el dolor me llena de temor y me hace falta su mano para cruzar los pequeños y los grandes abismos. Sé que debo continuar pero aún no se cómo, espero que al igual que hoy, aunque el camino sea díficil, logremos llegar a ver la hermosura y escuchar como la vida explota en nuestros oidos, me hará falta tu mano mi Sebas, pero aprenderé a cruzar mis miedos.

Te quiero mucho.

jueves, 10 de marzo de 2011

El peso de los años

Este año cumplo 40, quizás por ser mujer no debería decir la edad, es un convencionalismo, hay que mentir sobre la edad, pero nunca como ahora entiendo la expresión "el peso de los años" por primera vez en mi vida me pesan como bultos los años que he vivido, por primera vez siento que caen sobre mi como ladrillos, como piedras.

Cumplo 40 y por primera vez entiendo lo que significa ser viejo, no es por tu cuerpo que se cansa más, no es tu mente que piensa más lento, lo que se envejece es el alma que se carga de tristezas y ya no quiere continuar. Es el peso de los recuerdos el que te cansa, es el cansancio de los fracasos, el dolor de lo perdido. No, envejecer no es tener más años, es tener más dolores.

Siento por primera vez que ya estoy muy vieja para empezar aventuras, para construir mundos, para realizar sueños. Siento por primera vez que ya no me puedo arriesgar porque tengo miedo a perder, siento por primera vez que no soy capaz de volver a empezar porque me pesa el alma y no deja de doler.

Cumplo 40 y solo quisiera parar y dejar de luchar, cumplo 40 y no tengo la fuerza para poder continuar, siento miles de agujas que duelen en el corazón y un millón más que me atraviesan el alma. Me pesan los años.

Con los años la inocencia se pierde y tu capacidad para arriesgarte se acaba, se ha perdido mucho, se ha caído muchas veces. Quizás nos damos cuenta de lo frágiles que somos, de lo humanos, de lo torpes, como Icaros que quieren llegar al cielo y se dan cuenta que sus alas de cera se derriten al llegar al sol.

Ya se lo que es envejecer y pensé que jamás me pasaría, que tendría el elixir de la eterna juventud, que soñar y creer serían mi estrategia para evitar los años, pero ahora veo que no se puede evitar que lleguen las arrugas, que acumules tus muertos, que recuerdes tus fracasos y te llenes de temor. Ya no estás para esos trotes, será mejor dar un paso a un lado y dejar pasar.

Se que me dirán que otros han hecho grandes cosas a edades mucho mayores, que han sido presidentes, escritores o héroes, en verdad no se como lo hicieron, como lograron soportar el peso de los años, cruzar sus miedos y crear y creer. A mi me cuesta.

Quizás sea por el momento que estoy pasando, seguramente mientras mi corazón llora mi mente no puede pensar con claridad, quizás sólo deba dejar "que el tiempo pase" pero no deja de cuestionarme cuánto tiempo tengo para dejar que pase?

Por ahora no tengo más que esperar, pronto cumpliré 40 y siento el peso de los años, de eso se trata la vejez.