domingo, 28 de noviembre de 2010

De desertores y otros demonios

El lenguaje crea realidad y por eso la palabra tiene fuerza creadora, no en vano las mujeres, especialmente las feministas, han reivindicado que nos nombren y nos dejen existir en la palabra, no es ridículo pedir que digan "todos y todas" es una forma de crear la realidad de que el mundo no es sólo masculino sino que también es femenino.

Hace poco leí en algún periódico, que Carlos Gaviria, expresidente del Polo Democrático dijo en un evento del partido, que "las sillas vacías son de los desertores" haciendo alusión a los miembros de su partido que no asistieron al evento.  La Real Academia de la Lengua define desertor como "soldado que desampara su bandera" es decir, es un término militar dedicado a los que no cumplen con sus "deberes" en la batalla y por eso es tan simbólico que Gaviria se refiriera a los ausentes como desertores porque muestra que para él, el partido es una guerra y sus miembros son sus soldados, por eso los que no están de acuerdo con él se convierten automáticamente en sus enemigos o peor aún, en desertores.

Hace varios años, cuando fundamos el Polo de Rosa, hicimos una apuesta por un cambio de lenguaje, no queríamos ser "militantes" de un partido porque no estábamos dispuestos a ir a la guerra ni a eliminar a nadie ni a morir por nada, por el contrario, queríamos vivir por nuestros objetivos, jugarnosla por nuestros proyectos y amar profundamente nuestras ideas, por eso decidimos que seríamos "amantes" y no "militantes".

Recuerdo que cuando le contamos eso a los jerarcas del partido, se burlaron bastante y dijeron que era una maricada, que no valía la pena hacer una discusión sobre eso y que nos llamáramos como quisieramos, sin embargo, logramos que en los Estatutos del Polo no quedara la palabra militante sino afiliado, para reducir ese carácter guerrerista del trabajo político.

Pero la discusión no es menor, ni es ridícula, señala un cambio de paradigma y una transformación de la definición que se tiene de política, no en vano Clausewitz definía la guerra como "la política por otros medios" porque esa es la concepción patriarcal y vertical que se tenía de la política, un escenario de batalla en el cual dos o más ejércitos (partidos políticos) se alinean para combatir y quitar la bandera del otro (elecciones) y en el que cada uno debe estar dispuesto a dar la vida por su misión (ideología) o a matar a aquel que no lo permita. No es extraño que en ese concepto, se hayan asesinado más de 6 candidatos a la presidencia de la República, si tenemos que eliminar al otro, porque no asesinarlo?

Pero nuestra propuesta era distinta, se trataba de entender que la política puede ser un escenario de solidaridad y no de batalla y que, siguiendo la línea de Edgar Morin, se puede construir una política de civilización y no de barbarie. Es allí donde la discusión por el lenguaje adquiere su importancia, si no se trata de eliminar al otro sino de ser solidarios, si no se trata de morir por las ideas (porque ya tenemos demasiados mártires en este país) sino de vivir por ellas, porque cada día hacen falta más manos para construir; si no se trata de sacrificarse por las causas sino de disfrutarlas, haciendo de la alegría y la felicidad del ser humano el fin último; si no se trata de todo eso, no se puede ser un "militante" se necesitan AMANTES.

Un AMANTE buscará siempre ser feliz y hacer feliz al que ama, un AMANTE no creerá que los diferentes, los que no piensan igual que él o los contradictores, son enemigos que debemos eliminar sino expresiones de las cuales aprender o debatir, pero necesarias para la diversidad y la complejidad que nos hace sobrevivir.

No me interesa ser militante de ninguna causa, no quiero batallar o luchar, no quiero morir, por eso termine saliéndome del grupo que había creado, porque se volvió una batalla y según ellos yo perdí la guerra. En esa lógica soy una "desertora" y no me importa, allá ellos con sus esquemas autoritarios, sus jerarquías poco democráticas, sus posiciones patriarcales y su discriminación. Si de eso se trata prefiero desertar y vivir FELIZ.

Gracias a Docentedisidente por este gran ejemplo de esos que nos consideran desertores.


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