lunes, 15 de octubre de 2007

Soy Géminis

Este es un refrito pero me gustaría que lo conozcan...

Soy Géminis, esta es lo forma como me presento ahora, no parece una presentación tradicional o convencional pero al parecer, en esta época postmoderna, se ha vuelto tan importante como lo fue decir la profesión en la época moderna y positivista o mencionar el apellido en la época feudal. En estos días, decir tu signo es imprescindible para iniciar una conversación y estar a la moda, por supuesto, si sabes algunos datos adicionales mejor: Soy Géminis, de ascendente Tauro. En algunas ocasiones en que deseo realmente impresionar menciono que mi animal en el horóscopo chino es el jabalí y que soy maga blanca en el calendario Maya.

Anteriormente, decir tu profesión era suficiente, soy Ingeniera Industrial, después agregabas, de la Universidad de los Andes, y con eso bastaba para que tu interlocutor creyera conocer tu personalidad: - hmm! precisa, pragmática, le gustan los números, es mala para escribir, apuesto a que reparaba todo en la casa, su papá debe tener un negocio-. En la época de mis padres lo importante era el apellido, soy Duran, de los Duran de Santander, y tu árbol genealógico garantizaba tus cualidades de carácter: de mal genio, responsable, trabajadora, sin mucha plata pero de buena familia.

Pero ahora te preguntan el signo. Soy Géminis, respondo. Soy del signo de la polaridad, de las contradicciones, de los extremos, Castor y Pólux halando a cada extremo de una cuerda, como el dibujo que hizo alguna vez mi profesora de física para explicar el principio de Acción-Reacción, -este es el papá y esta es la mamá y en la mitad está el niño- explicaba la profe, -cuando se están divorciando cada uno hala para un lado y la acción del papá genera una reacción en el niño y la acción de la mamá genera una reacción en el niño, conclusión el que sale perdiendo es el niño-; al parecer eso es ser géminis, el producto de una acción encontrada.

La modernidad nos dejó sin un Dios con D mayúscula y por eso la postmodernidad nos ha traído toda clase de dioses con des minúsculas, el horóscopo, el I-Ching, el Tai Chi, el Yoga, la medicina china, la acupuntura; todo es válido en esta nueva era. En un país en el que conviven el feudalismo con la modernidad y la postmodernidad, algunos todavía se avergüenzan de decir que leen el horóscopo, aunque son fieles seguidores de Mave el domingo y de Salomón en las mañanas. Pero la verdad es que ya no hay nada de que avergonzarse, pues hasta los diarios económicos traen horóscopo, “Géminis, le es potestativo la decisión entre lo social y lo lucrativo. Se impone una gerencia humanista sobre las cifras que no reflejan la realidad de las personas. Decore con mandarinas para llenarnos de magnetismo y sentirnos felices”, unos párrafos más adelante puedo ver el análisis del efecto del TLC sobre la economía del país y algunas recomendaciones del Feng Shui para superarlo; después de tantos dioses quién no preguntaría por el signo.

Al decir mi signo mi interlocutor de inmediato dice -Ahh entonces eres dual, un poco de cada cosa- y he terminado por creer que es así. No de otra manera se explica que una ingeniera industrial de los Andes no trabaje en el sector financiero y ojala en banca de inversión o en producción o en organización y métodos, sino que se dedique a trabajar proyectos sociales para población desplazada; o que una egresada de una prestigiosa universidad privada asista a más seminarios sobre derechos humanos que un sociólogo de una universidad pública; o que conozca más sobre política pública que sobre políticas de calidad o normas ISO. Cuántas veces he tenido que explicar esta aparente esquizofrenia, -¿qué hace una ingeniera industrial en esto?- lo mejor que puedo, digo, lo mejor que puedo.

También me pregunto ¿Será el signo Géminis el que me permite hacer esos cambios o será el sino colombiano? esa habilidad de transformar el escenario, el vestuario y el lenguaje; de pasar de la toma guerrillera a las notas de farándula sin sonrojos ni complejos, deberían hacer la carta astral del país, a lo mejor descubren que también es Géminis, ¡perdón!, olvidaba que ya algunos astrólogos hicieron ese trabajo y que más de un presidente tomó decisiones con base en eso. Me imagino en un futuro una cumbre latinoamericana de presidentes: -¡Doctor! Que gusto, cómo le ha ido, qué tal su gobierno-, -Bien, afortunadamente la luna de mi país está en Sagitario y Plutón en la casa 6 así que tendré un gobierno tranquilo-, -Me alegra por su país. Yo en cambio tengo a Marte en la casa 3 y a lo mejor me hacen un paro el mes entrante-, -Le puedo recomendar un buen astrólogo para definir que hacer-, -Excelente, se lo agradezco...

Por eso, me preguntarán cual es mi signo, mi profesión y luego me dirán -¿qué hace una ingeniera industrial en esto?- Creerán entonces, que me conocen y sacarán conclusiones de mi signo, mi ascendente, ni horóscopo chino, mi tribu maya y en últimas hasta de mi profesión.

Soy Géminis de ascendente Tauro, soy Ingeniera Industrial de los Andes y trabajo con población desplazada, soy Duran de Santander y Hernández de Boyacá, y aunque sepan todo esto y al presentarme le de todos esos datos, estoy segura que les faltará mucho para saber quien soy, aunque Ud. y los astros crean lo contrario.



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La sabiduría suprema era tener sueños lo bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen.
- William Faulkner

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